Tour de Francia
El rey de la selva es «Gorila» Greipel
Nada presagiaba que en Valence el triunfo de la 15ª etapa iba a jugarse al sprint cuando más de una veintena de ciclistas aceleraban el paso para consolidar la fuga del inicio de la jornada. Y nada hacía indicar que iba a ser André Greipel, sus piernas de plomo y su pesado físico de gorila, quien terminaría levantando los brazos. La fuga no le gustó a Kristoff y su Katusha salomónico, dividido entre los escuderos de «Purito» y los hombres del sprinter noruego, quemaron sus energías para pilotar la neutralización. Greipel, como el resto de sprinters, agonizaba en cola de pelotón.
«Saber sufrir desde el kilómetro cero hasta la meta. Ése ha sido mi secreto», contaba el ciclista del Lotto. Greipel se agarró a la estela del gran grupo hasta que se dio caza a Trentin y Hesjedal, los últimos insurgentes, y puso a su equipo a tirar para dirigir la aproximación a la meta.
El sábado, Andre Greipel se cayó. El cuerpo lleno de raspaduras y rasguños. Venía de sufrir el día anterior, camino de Rodez, un fuerte golpe de calor que le dejó noqueado. Pero Greipel es un tío duro. Un «Gorila». Así le llaman, por su cuerpo imponente y su potencia en las llegadas masivas. Su grito es ensordecedor. En este Tour ya lleva tres victorias. Nadie se atreve con él, el rey de la jungla que es el sprint en el Tour. «Estoy orgulloso de mí». Ya es el segundo ciclista alemán con más triunfos de etapa en la historia del Tour de Francia. Nueve atesora, por las doce de Zabel, y también el segundo ciclista con más triunfos de etapa en las últimas cinco ediciones de esta ronda. Sólo le supera Mark Cavendish, con sus once victorias. Por el momento.
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