Operación Puerto
Eufemiano se ofrece a colaborar con la AMA
Está dispuesto a entregar la lista con los nombres de sus clientes «pero no a cambio de beneficios penales»
Eufemiano Fuentes está dispuesto a colaborar. No dice a cambio de qué, pero ayer, como a él le gusta, delante de los micrófonos, se ofreció a la Agencia Mundial Antidopaje. «Si consideran que soy útil y me lo piden, estaría dispuesto a colaborar», dice. Eufemiano, acostumbrado a manejar todos sus negocios, hace lo mismo en el juicio. Ofrece sensación de dominio dentro y fuera. Antes amenazaba con su silencio. Ahora lo hace con sus palabras. Juega con el miedo que pueden provocar sus secretos en algunos, con la sensación de que gran parte de la historia del deporte español ha pasado por sus manos.
Fuentes se acerca a la AMA. «Lo que no sé es si lo que yo voy a aportar les vale o no les vale», afirma. Y asegura que no lo hace a cambio de rebajas en la pena: «A cambio de beneficios penales, no; a cambio de una colaboración mutua. Si dentro de esa colaboración esa lista fuera necesaria, la tendría».
Eufemiano vive «castigado» en los últimos días a escuchar los argumentos de las acusaciones para pedir su condena. Todavía no ha desvelado si «actuará» en su defensa haciendo uso del derecho a la última palabra, pero se defiende a través de las grabadoras. «Todo lo que he hecho lo he hecho ajustándome a los procedimientos y a la legalidad vigente. En 35 años no he producido ningún daño a ningún paciente. Arrepentirme de haber realizado mi labor profesional lo mejor posible no tendría sentido», asegura.
Fuentes fue el primero que entendió la importancia mediática de este proceso, y con eso ha jugado desde el comienzo. Ahora son las acusaciones las que apelan a la relevancia pública del juicio para que la jueza dicte una «sentencia ejemplar». Así lo solicitó el abogado de la UCI, Pablo Jiménez de Parga. «La relevancia pública de este procedimiento es esencial para conocer el verdadero alcance de esta causa. Estamos ante el juicio contra el mayor entramado de dopaje celebrado no sólo en España, sino en todo el mundo», explicó. «Por eso me atrevo a solicitar que la sentencia sea ejemplar y que muestre cuál es el grado de compromiso de los poderes públicos en la lucha contra el dopaje». Y, al decir ejemplar, explicó que se refería al significado recogido por la Academia de la Lengua: «Que da buen ejemplo y es digno de ser propuesto como modelo». La UCI, como el CONI, ha solicitado a la jueza que le entregue las bolsas de sangre para conocer quiénes eran los clientes de Eufemiano y proceder por la vía deportiva contra ellos.
La importancia del dopaje en la causa quedó reflejada también en la intervención del abogado del CONI. En su opinión, lo único que cambió con la modificación del Código Penal en 2006 es que había un artículo específico dedicado a la salud de los deportistas, que antes estaba recogido dentro de la generalidad de la salud pública. «¿Acaso el maltrato a las mujeres quedaría impune antes de la entrada en vigor de la ley del maltrato doméstico de 2004?», se pregunta. Insistió también en el carácter «ejemplar» que debe tener la condena. «Nos encontramos ante un juicio histórico, un proceso mediático. No se entendería la libre absolución de los imputados», dijo. Y calificó sus conductas de «estéticamente impresentables, éticamente reprobables y moralmente condenables».
La cabeza de Manzano valía 180.000 euros
El abogado de Jesús Manzano, el único que pide una indemnización por los daños sufridos «físicos y morales», solicita una indemnización de 180.000 euros. En su exposición, muy didáctica y sencilla, explicó que en esa cantidad valoraron los acusados el silencio del ex ciclista. «En 2006, uno de los abogados de los imputados ofreció 30 millones de pesetas para que retirara las acusaciones, aunque el patrocinado por ese abogado no estaba denunciado por Manzano», relata. Carlos Bueren, entonces abogado de Manolo Saiz, contra el que el antiguo corredor de Kelme no presenta cargos, fue el que hizo la oferta al anterior abogado de Manzano. El ciclista grabó la conversación con su representante legal y lo puso en conocimiento del instructor. «La grabación de Manzano con la oferta económica consta como prueba». «Por eso, se solicita la misma cantidad que los imputados estaban dispuestos a pagar para que retirara las acusaciones. Es en lo que ellos valoraban al señor Manzano». El abogado, Juan Carlos Sánchez Peribáñez, explicó que la responsabilidad de Yolanda Fuentes era menor que la de su hermano. «No manipulaba la sangre», dice. Labarta y Belda, sin embargo, eran colaboradores necesarios.
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