Zaragoza
Los infortunios de Valverde
Alejandro Valverde sabía mucho antes de comenzar la contrarreloj que estaba en condiciones de hacerlo bien. O muy bien. «No sé decir cuánto tiempo puedo perder, si sería bueno dejarme 30 segundos o un minuto. O a lo mejor soy yo el que saca tiempo», decía con una sonrisa el día de descanso. Sonaba a broma, a una manera de hacer pensar a sus rivales. Porque todo el mundo pensaba que fuera más o menos, tiempo iba a perder ante Nibali y Horner. Y lo perdió con el italiano, 27 segundos, pero hizo la contrarreloj un minuto y dos segundos mejor que el estadounidense.
Pero los números, como suele suceder, no dicen toda la verdad. Porque mucha culpa de ese casi medio minuto de ventaja de Nibali, que recuperó el maillot rojo, la tiene un pinchazo de Valverde cuando sólo había andado 11 kilómetros. Le tuvieron que cambiar la rueda delantera y sus jefes, Arrieta y Unzúe, se bajaron a empujarlo. «Tranquilo, que esto lo recuperamos», se le oyó decir a Arrieta. Pero a Valverde le costó volver a encontrar su ritmo. «Con los nervios, no atinaba a meter el pedal bien», explica. Después, recuperó la posición y la cadencia y terminó con el séptimo mejor tiempo. «Lo que he perdido en el pinchazo es lo que he perdido con él», dice. «He hecho una gran crono. Estaba bastante convencido de mis posibilidades. Me gustaba y pensaba que lo iba a hacer bien», dice. Y lo hizo.
Empieza a ser costumbre para el murciano sufrir alguna avería que acabe con sus posibilidades en las grandes carreras. El año pasado se cayó camino de Valdezcaray y perdió un tiempo que ya no pudo recuperar ante Contador. Lo mismo le ha sucedido en la última edición del Tour, cuando una avería le hizo perder nueve minutos. Pero Valverde superó el infortunio y salió fortalecido. Y también Nibali. Al italiano le picó una avispa en la frente durante la jornada de descanso. No quiso que le hicieran fotos, a pesar de que algún fotógrafo se lo solicitó. Y ayer amaneció con dificultades para abrir los ojos. Nada de eso le impidió ser el mejor de los favoritos. Entre los aspirantes al podio, sólo el sorprendente Pozzovivo fue capaz de descontarle un segundo. Terminó cuarto, a 1:25 de Cancellara en una contrarreloj que al final resultó ser más favorable para los especialistas que para los escaladores. «Estoy encantado. Estaba asustado por la picadura», reconocía después de volver a recibir el maillot rojo. «Por suerte no soy alérgico». Tampoco sufrió dificultades de visión, el descenso del Moncayo era sencillo, sin virajes que le obligaran a forzar la vista. Y, a pesar del tiempo perdido por Purito y de la avería de Valverde, sigue pensando que son sus rivales. «Sabía que Valverde podía hacerlo bien. Rodríguez y él son mis adversarios».
«Ha sido una crono caótica. Me he quedado sin agua», se lamentaba Purito, que perdió más de minuto y medio con Nibali y se queda a 2:33 en la general. «Lo voy a intentar. Tengo por detrás a ciclistas valientes, como Pozzovivo y Basso, que se moverán». También amenaza con intentarlo Horner, que perdió 1:29 con Nibali y el liderato. Cancellara ganó la etapa y el primer asalto hacia el Mundial contrarreloj con Martin.
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