Real Madrid
Cristiano, la gran amenaza
► Ha hecho ocho goles en los tres últimos partidos de la Champions ► Tiene en la cabeza ser más decisivo que nunca en este tramo final de la temporada
Ronaldo ha vuelto a descansar este fin de semana y frente a otras veces, cuando por fines de semanas así, en los que no jugaba, hubiese puesto malas caras; ahora es un futbolista tranquilo.
Ronaldo ha vuelto a descansar este fin de semana y frente a otras veces, cuando por fines de semanas así, en los que no jugaba, hubiese puesto malas caras; ahora es un futbolista tranquilo, un jugador consciente de que su cuerpo tiene que ser cuidado más que nunca porque a los 32 años un deportista está ya cerca del límite. Al volver de la Eurocopa llegó a un pacto con Zidane y ambos estuvieron de acuerdo en que no podía mantener el ritmo de otras temporadas, que llegaba el momento de ser más selectivo. Y ya es capaz de entender que puede ser sustituido en algún partido y está de acuerdo en que ya no tiene que perseguir récords de minutos jugados o estratosféricas cifras de goles al final de temporada.
Ahora juega menos, marca menos; y no es menos feliz. En parte, porque se ve muy bien físicamente y porque se siente importante en los días importantes del Real Madrid. Se le ha metido en la cabeza que el conjunto blanco puede ser el primer en repetir victoria en una Champions y se está poniendo en ello con todas sus ganas y todos sus goles.
En cuartos fue imparable para el Bayern, al que golpeó en la ida y lo volvió a hacer cuando el conjunto alemán más cerca se vio de la clasificación en la vuelta en el Santiago Bernabéu. En el partido siguiente de la máxima competición, contra el Atlético, volvió a sacar su fiereza. Al equipo menos goleado de Europa le hizo tres tantos.
Hubo un momento esta temporada en el que se pensó que a Ronaldo la edad empezaba a pesarle más de lo esperado. No sólo le estaba faltando gol, es que, además, estaba muy desconectado del juego. A veces parecía fuera de lugar, enfadado consigo mismo y con el público porque le pitaba cuando no le salían las cosas. El Bernabéu es impaciente y sólo tiene memoria de las hazañas de sus futbolistas cuando se han retirado y vuelven para el homenaje. Cuando están en activo, no tiene clemencia y no existe el ayer.
Eso lo está aprendiendo Ronaldo, aunque le cuesta mucho entenderlo. Sin embargo, los temores acerca de la estrella portuguesa eran infundados. Su preparación física ha estado encaminada a llegar bien ahora, no en enero o en febrero. Ha jugado menos partidos y también ha tenido menos estrés en los entrenamientos. Si quiere seguir siendo un futbolista decisivo como cuando era joven, no puede entrenarse como cuando era joven.
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