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El Atlético ya no sabe cerrar los partidos

Parejo celebra el gol del empate del Valencia
Parejo celebra el gol del empate del Valencialarazon

Le cuesta al Atlético cerrar los partidos. Simeone solía vivir tranquilo con un 1-0 en casa, cómodo con la seguridad de que Oblak puede con todo. O con casi todo. No pudo evitar el golazo de falta de Dani Parejo que valía el empate para el Atlético. Una falta perfectamente lanzada que dejó sin respuesta al portero esloveno. Pero se recuperó inmediatamente después para detener un lanzamiento del capitán valencianista, duro y abajo, que buscaba el rincón de la portería rojiblanca.

Paga el Atlético su falta de puntería, algo que ni siquiera su tridente es capaz de solucionar.

El gol les cuesta a Morata y a Diego y Joao Félix tiene que aplicarse demasiado en defensa desde la banda derecha. Contra el Valencia le tocó correr detrás de Jaume Costa en más de una ocasión. Le falta físico para hacer eso y llegar fresco para llegar arriba. Sufre el mismo proceso de adaptación de Griezmann, aunque ante el Valencia aguantó en el césped hasta el final del encuentro.

Una rareza esta temporada. Tan extraño como que no apareciera Correa en ningún momento del partido. La pelota siempre sale mejorada de los pies de Joao Félix, aunque normalmente eso sucede demasiado lejos del área. Fue precisamente ir a disputar un balón con Parejo en el centro del campo lo que le costó dejar el partido antes de tiempo, cojeando y ayudado por los auxiliares del equipo rojiblanco, que ya no tenía más cambios.

Acababa de participar el portugués en la jugada más brillante de su equipo, que arrancó Marcos Llorente desde atrás y continuaron Arias y Joao Félix con una combinación que terminó dejando al colombiano sin ningún obstáculo entre él y el portero. Sólo les separaba una carrera, pero Arias no acertó en el remate cuando se acercó a la portería.

El Atlético no contaba con Joao Félix, y tenía un jugador menos en el campo por su lesión, cuando el Valencia consiguió el empate. Pero el coreano Kang In Lee igualó las fuerzas con una patada por debajo de la rodilla para frenar una carrera de Arias. Otra vez tuvo que consultar las cámaras el árbitro, que dejó el partido diez contra diez.

El Atlético era un equipo mutante, con cuatro defensas cuando tocaba recogerse y tres centrales cuando llegaba la hora de atacar. La situación de Saúl en la izquierda ofrecía siempre una salida para los rojiblancos, que encontraban por ahí una salida. Pero le faltaba el acierto en el remate.

Diego Costa puede haber perdido la puntería, pero no la fe. Cuando el árbitro, Cordero Vega, acudió a consultar el VAR para ver la mano de Cheryshev, Diego Costa ya la había visto antes. Agarró la pelota y la llevó hasta el punto de penalti, a la espera de que el árbitro terminase de ver la pantalla. Cuando pitó el penalti, el delantero del Atlético ya estaba preparado. No se puso nervioso por la espera y marcó el 1-0 para su equipo.

El Valencia pagaba el error de Cheryshev, que se puso las manos en la cara para frenar un centro de Morata en la jugada que valió el penalti para el Atlético. Pudo compensar en una buena jugada de Maxi Gómez, que le ganó la posición a Giménez con el cuerpo para llegar hasta la línea de fondo para poner la pelota atrás, pero el ruso mandó su remate al larguero. El Atlético no vio entonces lo que se le venía encima.