Xavi Hernández
El chico que no corría detrás del balón
A Xavi Hernández se le saltaron las lágrimas en el Calderón. Sabía que estaba viviendo cosas por última vez, como festejar una Liga. Era la octava conquistada por un jugador con una trayectoria impresionante, el futbolista español en la historia y el jugador en activo con más títulos: 23 (ver gráfico) a los que puede sumar otros dos, una Copa y una «Champions», de aquí al 6 de junio. Porque Xavi, según adelantaron ayer «Mundo Deportivo» y la «Ser», anunciará el jueves que se va del Barça, su club de toda la vida, «donde es una leyenda», explica Asensi, otro mítico azulgrana que lo entrenó cuando era infantil. Ángel Cappa va por un camino similar: «Yo lo equiparo a los grandes centrocampistas de la historia», dice el técnico argentino. El año pasado ya tenía decidido dar este paso, pero, tras una conversación con Luis Enrique, dio marcha atrás y se quedó pese a saber que tendría un rol más secundario. «Eso te dice quién es Xavi. Ha sabido aceptar ese papel y cuando ha jugado no ha salido a pasearse», explica Asensi. Este año, su labor ha sido también la de capitán, mediando en el conflicto entre Messi y Luis Enrique. «La persona supera al jugador. Sabe poner paños fríos. Ya unió a dos equipos como el Barça y el Madrid por el bien de la Selección», continúa Asensi, que vio cómo desde niño Xavi era especial. «No era normal que un chaval tan joven tuviera esa visión. Tenía una manera de jugar por la que arriesgó y que era contraria al resto: todos corrían detrás de la pelota. A lo mejor en otra época no hubiera encajado, pero él insistió y acabó imponiéndose. Todos querían ser como Xavi. Fue un pionero ya a su edad», insiste Asensi. La historia de Xavi es la de un chico que siempre creyó en un estilo, a veces hasta el extremo, y que se salió con la suya. «A futbolistas como él, Iniesta, Martín Vázquez, Míchel... los entrenadores les miran desde la sospecha. Hasta que el Barça no triunfó, a él no se le reconoció», explica Cappa. «Los futbolistas suelen jugar por inspiración; él lo hace por conocimiento, porque sabe qué hay que hacer en cada momento», añade. No fueron fáciles sus inicios en el primer equipo, siempre con la sombra de Guardiola sobre él. «Yo fui el primero que le adelantó unos metros», dice Antic, que lo dirigió en 2003. «Solía preguntarme mucho. En mi segundo partido, contra el Espanyol, marcó un gol cuando antes apenas pisaba el área», añade el serbio. «De chaval lo retrasé. Jugaba de mediapunta y lo puse de mediocentro», dice Asensi. Mandando en el medio ha hecho una carrera magnífica. «Ha marcado una época por su forma de ver el fútbol», dice Antic. Con la Selección, con la que ganó todo como referente, y con el Barça, con quien ha jugado 763 partidos, récord en el club. En cada partido se lleva un aplauso. Le quedan tres.
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