Olimpismo
El espíritu de Fernández-Ochoa
Queralt Castellet, quinta del ranking mundial, tiene hoy opciones de podio en snowboard. Vive entre Suiza, Estados Unidos y Nueva Zelanda
Queralt Castellet (17-6-1989, Sabadell), que compite hoy en snowboard en la especialidad de halfpipe, es la opción más clara de medalla de la delegación española en Sochi junto al patinador Javier Fernández, una baza para romper los 22 años de sequía de metales de nuestro país en los Juegos de Invierno, desde el bronce de Blanca Fernández-Ochoa en Albertville'92. Castellet, número cinco del ránking mundial de la categoría, se quedó ya a las puertas del podio en Vancouver 2010, cuando una inoportuna caída en un entrenamiento la llevó al hospital, impidiéndola participar en la final, para la que se había clasificado con la tercera mejor puntuación. La cita de Sochi es una oportunidad para sacarse aquella espina. Para Castellet, éstos son sus terceros Juegos. Debutó en Turín'06 con 16 años y firmó un digno vigésimo sexto puesto. La «rider» catalana no elude la presión al valorar sus opciones: «Tengo que luchar por las medallas. En los últimos Juegos, me quedé demasiado cerca y es una cuenta que tengo pendiente».
La abanderada española hace cuatro años en Vancouver reside casi todo el año en el extranjero. «Si pudiera entrenar aquí, aunque fuera en el sur de España, estaría todo el tiempo. Pero no se puede y hasta entonces tendré que estar viajando, es un sacrificio», explica. Queralt pasa los inviernos en Suiza o en Colorado (Estados Unidos), donde están los mejores técnicos y «riders». «En verano entreno en Nueva Zelanda, en la isla Sur, que es donde están las pistas más importantes de freestyle. Es la parte del año en la que más disfruto, porque pruebo todos los trucos, pues la nieve está más blanda», explica Castellet.
Además de alguna desavenencia con la Federación, el motivo principal de sus veranos en Nueva Zelanda es el amor, pues de allí es su novio y preparador desde 2010, Ben Jolly. Aunque se crió en una familia de aficionados a la nieve, antes de concentrarse en el snowboard Castellet perteneció al club de gimnasia de Sabadell, donde entrenaba tres o cuatro días a la semana: «Gané mucha experiencia en acrobacia y me ayudó para lo que hago ahora. La gimnasia la dejé a los 16 años porque me rompí el escafoides practicando precisamente snowboard». La imaginación es la clave en este deporte: «A raíz de que uno tenga creatividad y pueda imaginar posibles figuras, llegan los resultados. Aprender la técnica por obligación es más complicado». La de Castellet no será la única baza de medalla de la delegación española en snowboard en Sochi. El donostiarra Lucas Eguibar (20 años) es quinto del ranking mundial de cross.
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