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El maratón de Bale

Fisioterapia, gimnasio, piscina, pruebas de fuerza... El galés se ha exprimido en los 48 días que ha estado de baja.

Gareth Bale golpea la pelota de cabeza en presencia de James durante el entrenamiento de ayer
Gareth Bale golpea la pelota de cabeza en presencia de James durante el entrenamiento de ayerlarazon

Fisioterapia, gimnasio, piscina, pruebas de fuerza... El galés se ha exprimido en los 48 días que ha estado de baja.

Trabajando. Así ha pasado Bale los últimos 48 días, desde la tarde del 17 de enero en la que después de hacer una fantástica primera parte frente al Sporting, se sentó en el césped y le dijo a Cristiano, que estaba a su lado, que el sóleo se había vuelto a romper. A partir de ese momento comenzó una maratón para el galés que terminará hoy ante el Celta, contra quien va a jugar los primeros minutos después de su último contratiempo. Una nueva rotura muscular en el gemelo, de la que se ha recuperado con largas jornadas de trabajo en Valdebebas. Por la mañana, sesiones de fisioterapia y gimnasio. Por la tarde, piscina, electroestimulación, carrera continua y exámenes de potencia. «Incansable», cuentan desde la Ciudad Deportiva. No ha habido días libres para el galés, en busca de afinar un cuerpo que necesita en perfecto estado para rendir.

Así lo estaba haciendo justo antes de la última rotura. Era el futbolista más en forma del conjunto blanco, con una frescura y una velocidad que no había conseguido muchas veces desde que llegó al Madrid. Se sentía con confianza, capaz de liderar al equipo y sentirse importante. Nueve goles y tres asistencias era el saldo de los cuatro partidos y medio previos a la lesión. Cuatro tantos al Rayo, uno al Valencia, tres contra el Deportivo y el que abrió la lata frente al Sporting. Había recuperado el olfato goleador que le faltó al comienzo de curso y que le llevó a que en el Tottenham dejara el lateral izquierdo para convertirse en un atacante total. Fue uno de los futbolistas que menos celebraron, en principio, la marcha de Benítez, aunque justo con los primeros días de Zidane alcanzó la plenitud física y futbolística. Se atrevía más que otras veces a participar del juego combinativo y en pocas ocasiones se le había visto tan complementado con Cristiano, al primero que le confirmó que se había vuelto a romper. «Va a entrar en la convocatoria y esto es bueno y una alegría para todos los aficionados. Luego veremos cómo va el tema con su selección. Lo importante es que esté con el Madrid. No sé cuánto lleva fuera y hay que ir paso a paso, tranquilito», decía Zidane, seguramente el que más celebra la recuperación de su atacante.

Con él aumentan las amenazas de los blancos frente a equipos que se cierran atrás, al mismo tiempo que suben las acciones del contragolpe madridista, a la baja en los últimos tiempos. Ronaldo reclamaba a los mejores (que no podían estar por las lesiones) y Bale y Marcelo regresan hoy frente al Celta en la primera cita con el Bernabéu tras el derbi madrileño ante el Atlético. Bale reaparece en un momento ideal para preparar el objetivo de la Liga de Campeones. Hoy tendrá unos cuantos minutos pensando en la Roma y en estar otra vez a tope cuando lleguen los cuartos de final. Se esperaba antes su vuelta, pero lo que vino tras sus imágenes sobre la zona de arena de Valdebebas fue una recaída, que para nada ablandó la fortaleza mental de Gareth. Dicen los que le conocen que su frialdad mental es una de sus mejores virtudes, porque nunca se calienta: «No se quema». Es capaz de vivir al margen de todo lo que se escribe y se dice de él y del Real Madrid. En la televisión prefiere las películas y las series en inglés y lo mismo sucede con los informativos. Es pura tranquilidad, la que ha demostrado en los últimos partidos en casa, en los que no estaba disponible, conduciendo su coche como un aficionado más entre la gente que buscaba las puertas del estadio en la calle Padre Damián. Con la misma calma decidirá si acude a la llamada de su selección para el parón internacional de finales de mes o se queda en Valdebebas afinando un poco más. Zidane prefiere que se quede, pero confía en el criterio de una de sus estrellas. «El Madrid es lo primero», decía el técnico, que quiere aprovechar a un futbolista que se ha perdido los últimos siete partidos de Liga y la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, lo que incluye Roma y el derbi, los dos compromisos más importantes en la era Zizou.

Hoy vuelve, lo mismo que Marcelo, ya recuperado, y Sergio Ramos y Carvajal, que cumplieron ciclo de amarillas en Valencia. Habrá cambios respecto al miércoles, pero los «niños», Mayoral y Lucas, seguirán en el once.

Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Kovacic, Isco, Lucas Vázquez, Cristiano Ronaldo y Borja Mayoral.

Celta de Vigo: Sergio Álvarez; Jonny, Hugo Mallo, Sergi Gómez, Planas; Wass, Hernández, Marcelo Díaz; Orellana, Nolito y Aspas.

Árbitro: Gil Manzano (extremeño).

Estadio: Santiago Bernabéu.