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Selección Española

Morata, devorado

No pudo con los centrales italianos, hizo más faltas que remates y se marchó en la segunda parte sustituido por Lucas Vázquez. Un síntoma del juego de España

Chiellini, el autor del primer gol italiano, hizo la vida imposible a Morata larazon

No pudo con los centrales italianos, hizo más faltas que remates y se marchó en la segunda parte sustituido por Lucas Vázquez. Un síntoma del juego de España

El remate de cabeza de Pellé en los primeros minutos ya avisaba de que no iba a ser un partido fácil para España. Ni para el portero. Esa estirada abajo, junto al palo, era sólo el calentamiento para el guardameta español, que parecía bastante más seguro que en el partido anterior contra Croacia. De Gea despejaba el cabezazo y a la vez las dudas después de una concentración que no ha sido sencilla para el «13» de España.

Pero España daba más síntomas de que el partido había nacido torcido. Morata hizo tres faltas antes de que pudiera rematar algún balón. Y se marchó del encuentro sin hacerlo. El «7» de España había reconocido que el de ayer era un partido muy especial para él. Un partido en el que se enfrentaba a toda la defensa de la Juventus: el portero, Buffon, y los tres centrales, Bonucci, Barzagli y Chiellini.

Y en su primera acción contra Bonucci fue una falta. Lo mismo que la primera vez que se cruzó con Barzagli. No podía con los hombres que le habían enseñado todo en Turín y en el fútbol. Con ellos aprendió cómo debe moverse un delantero en el fútbol italiano, pero los tres centrales de la Juve son como esos maestros que enseñan casi todo para que el alumno no sepa más que ellos.

Lo que le han enseñado le ha servido para enfrentarse a la mayoría de defensas con los que se ha cruzado en Italia. Lo mejor se lo guardaban para cuando les tocara enfrentarse a él.

Morata, como le ocurrió ante Croacia, terminó casi desesperado. Se sentía inferior a los que habían actuado durante su etapa en la Juve como sus hermanos mayores. Y hasta Chiellini marcó el primer gol de Italia para que el golpe fuera completo.

Tampoco mejoraban las cosas para él cuando se acercaba al centro del campo para bajar los pelotazos largos que llegaban desde la defensa para salvar la presión de los italianos. Ahí se llevó un codazo de Parolo, que también quería marcar territorio con el delantero español.

«Hicimos todo lo que queríamos hacer», reconocía Bonucci después del encuentro. La superioridad de los tres centrales italianos obligó a Vicente del Bosque a hacer cambios. Entró Aduriz por Nolito, que tampoco había sido superior a Florenzi por la derecha, y Morata ocupó su puesto en el costado izquierdo.

En el exilio tampoco encontró su lugar el delantero español, a pesar de que fue ya en la segunda mitad cuando llegó su único remate del encuentro, un cabezazo blandito que Buffon detuvo sin demasiados problemas.

Morata se fue del campo cuando quedaban veinte minutos con más faltas cometidas que remates a portería. Y, además, su cambio dejó a España sin delantero en el final del encuentro. Aduriz no se recuperó nunca del golpe de Parolo, que lo desequilibró en un salto y le hizo caer mal. Lo atendieron en la banda y regresó con ganas, pero se marchó a falta de diez minutos muy dolorido.

España se quedó sin nueve y sin fuerzas. Los amigos de Morata habían conseguido devorarlo.

El ex de la Juventus ha demostrado durante la Eurocopa que está preparado para casi todo. Se marcha siendo el máximo goleador del torneo igualado con varios jugadores. Ha conseguido tres goles en cuatro partidos, pero le ha faltado imponerse en encuentros importantes. No lo consiguió contra Croacia, a pesar de marcar el gol de España, y tampoco lo logró ayer contra Italia. Le ha faltado ayuda para imponerse a defensas poderosas, que le ganan en experiencia y en conocimiento del juego. Y de la misma manera que sucedió ante Croacia se marchó sin ganas de hablar a su paso por la zona mixta.

Su aportación fue un resumen de lo que le sucedió a España, que se vio siempre superada por Italia. No encontró la manera de hacerse un hueco entre la sólida estructura de Antonio Conte. Y se vuelve para casa antes de tiempo.