Fórmula 1
Alonso: «Son comprensibles las dudas, pero hay que mantener la calma»
Fernando Alonso estrenó su nuevo McLaren en Montmeló y tuvo que parar en la primera vuelta. «Nadie esconde su frustración», aseguró el bicampeón del mundo
Fernando Alonso estrenó su nuevo McLaren en Montmeló y tuvo que parar en la primera vuelta. «Nadie esconde su frustración», aseguró el bicampeón del mundo
Fernando Alonso estaba convencido a las nueve de la mañana de ayer que arrancaba una nueva etapa en McLaren, la etapa de la confirmación de un proyecto por el que apostó fuertemente hace ya dos años, el de la fusión entre dos grandes de la F-1 como McLaren y Honda... por la tarde ya no pensaba lo mismo. No fue fácil en 2015 ni en 2016 y 2017 tampoco ha empezado como deseaba el piloto español. Es sólo el primer día de la pretemporada, pero el cabreo que cogió el asturiano pocos minutos después de que arrancara la primera de las cuatro jornadas de entrenamiento de las que dispone fue tremendo. Salió a las 09:05 a la pista y dos minutos después una fuga de aceite en el motor del «MCL-32» le obligó a regresar a boxes y permanecer parado hasta las cuatro de la tarde. La unidad de potencia de Honda dio problemas en los primeros metros, nada más empezar. Y eso que el día anterior, el domingo, el monoplaza estuvo rodando sin aparentes problemas para completar una grabación autorizada por la Federación Internacional. Sin embargo, cuando llegó la hora de la verdad, el motor de Honda dio los primeros problemas y eso, en un equipo que pretende aspirar a todo, es algo que no se pueden permitir.
Intentaron solucionar el inconveniente y poco después, ante la insistencia de Alonso, colocaron una unidad de potencia nueva (disponían de tres) para, al menos, que el español pudiera rodar y no perder la jornada entera. Pero el día, de hecho, estaba perdido. Finalmente, Alonso pudo dar 29 giros frente a los 73 de Hamilton con su Mercedes (que sólo rodó media jornada) y los 128 de Vettel con el Ferrari. Y el tiempo marcado no fue nada esperanzador.
El jefe del equipo, Eric Boullier, señaló que les había sorprendido mucho el problema del motor y fue el primero en confirmar que Alonso no estaba precisamente «feliz» esperando a que alguien del equipo le llamara para volver a la actividad. El ovetense, conocedor de que la cosa iba para largo, volvió a su hotel, entrenó en el gimnasio y luego jugó al tenis. Le llamaron siete horas después para que volviera y dio 29 giros. Eso sí, una de las veces llegó a boxes con el motor calado porque un sensor había anunciado un nuevo problema en la unidad de potencia que finalmente no resultó nada dramático. Lo peor de todo es que los kilómetros que completó debió dedicarlos a comprobaciones de los ingenieros para que los datos fueran correctos. Pero nada de probar y sentir el coche.
Alonso compareció ante los medios con un gesto de resignación que no se podía disimular. Quiso llamar a la calma y reconoció que no era el inicio soñado. No ocultó su decepción y confió en que Honda pueda tener días normales con su compañero Vandoorne (que rueda hoy) y con él, que volverá al coche mañana. «La verdad es que pensar de modo pesimista es comprensible. Es jugoso que, después de los dos años que hemos tenido con dificultades, lleguemos al tercer año y que en la primera vuelta tengamos que cambiar la unidad de potencia... Es muy fácil el titular y muy fácil pensar», confesó Alonso. «Todos podemos opinar lo mismo y tener esa sensación. Pero no dejándose llevar por esa primera impresión o esa frustración, que todos tenemos. Nadie esconde su frustración, y nosotros, los primeros», aseguró cargado de sinceridad el piloto español.
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