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Alonso y el bochorno de McLaren

El cielo francés amenazaba lluvia, pero no descargó del todo y ahí ganó más importancia la estrategia de cada escudería, para probar con los neumáticos

Lewis Hamilton celebra su pole en el Gran Premio de Francia. REUTERS/Jean-Paul Pelissier
Lewis Hamilton celebra su pole en el Gran Premio de Francia. REUTERS/Jean-Paul Pelissierlarazon

Hace varias temporadas, cuando McLaren y Fernando Alonso sufrían y maldecían el pobre rendimiento del motor Honda, el asturiano pronunció una frase a través de la radio que expresaba su enorme frustración: «Motor de GP2», en referencia a la escasa velocidad de la unidad de potencia nipona, que comparaba con los GP2, la categoría inferior a la F-1. Pues bien, ahora con un motor ganador bajo el capó como es el Renault, todas las miserias del equipo inglés están saliendo a la luz y ya se pone en duda que Honda fuera la única culpable del desastre en el que se metieron años atrás.

En el circuito francés de Paul Ricard ambos McLaren quedaron eliminados en la primera ronda de la clasificación y protagonizaron un bochorno absoluto. La vuelta a la cruda realidad de Alonso no ha podido ser peor, sobre todo, después de venir como ganador en las 24 horas de Le Mans. McLaren atraviesa una de sus peores crisis y el cansancio empieza a hacer mella en algunos de los máximos accionistas de la escudería, que empiezan a no creer en el proyecto y los planteamientos de Zak Brown, el responsable del equipo que sustituyó al siempre controvertido Ron Dennis.

Así las cosas, los rumores sobre la continuidad de Alonso en la F-1 cada vez insisten más en su marcha de esta categoría para buscar otras competiciones como la IndyCar en Estados Unidos y continuar su programa en el mundial de Resistencia con Toyota a menos que haya alguna posibilidad de ir a otro equipo. Se especula con la posibilidad de ir a Renault, pero para que eso ocurra tiene que haber un doble movimiento que empezaría por la decisión de Ricciardo de no renovar con Red Bull. Es decir, una situación complicada e incomprensible para quien todavía tendría mucho que decir si tuviera un coche competitivo. «Me lo tomo con normalidad. Intento hacer todo lo posible. Esto es la Fórmula Uno. Las últimas carreras no han sido buenas para nosotros, pero con todo este desastre aún estamos metidos en el Mundial. Los viernes son difíciles de entender. La última vuelta fue bastante buena. Hemos hecho cuatro buenas, pero es lo que hay. Mañana, se puede esperar lo mismo que en las últimas carreras: un tren de coches y los primeros de la pole se escaparán. El tiempo puede jugar la baza más importante. Si llueve será un poco más caótica la carrera; si no llueve, será más difícil adelantar», afirmó Alonso al término de su corta participación en la clasificación del Gran Premio de Francia.

El que sí brilló fue Carlos Sainz, que logró la séptima posición y, una vez más, terminó por delante de su compañero de escudería Nico Hulkenberg, que últimamente estaba haciendo buenos papeles. Ahora sólo le queda rematar este buen resultado con una buena posición en carrera. En Renault siguen muy contentos con él y todo apunta a que podría mantener su puesto en la escudería. En caso de que Ricciardo abandonara Red Bull entonces la escudería energética podría hacer valer la opción preferente que tiene sobre el madrileño, que, de momento, está cedido a Renault.