MCL33, el renacido

Fernando Alonso está satisfecho con el nuevo McLaren, que apunta una fiabilidad desconocida en los tres años anteriores- La inferioridad físca sepultó a los del «Che» García.

En McLaren que el motor arranque, que el aceite bombee o que el monoplaza ruede más de 10 vueltas sin problemas ha devuelto la ilusión al equipo. La escudería inglesa, la segunda más exitosa de la F-1 sólo por detrás de Ferrari, presentó ayer su monoplaza de 2018 en el circuito de Navarra, donde aprovechó el día para realizar su jornada de grabación, un rodaje que la FIA permite hacer a los equipos de sólo 100 kilómetros, para tener imágenes y cumplir con compromisos publicitarios. Pero claro, esa distancia es oro que no pueden desaprovechar y la de ayer fue una jornada de trabajo más, aunque fuera sólo para comprobar que los sistemas funcionan. Sobre todo después del cambio de suministrador que ha vivido McLaren, que ha pasado del desastroso Honda a Renault, un fabricante que sabe lo que es ganar carreras (sin ir más lejos lo hizo el pasado año con Red Bull). La adaptación del chasis a un motor nuevo les obligó a replantearlo todo.

Alonso está satisfecho con lo que ha visto en la fábrica –«me encanta el coche espero también que sea rápido», afirmó– y con las sensaciones del primer día, aunque sólo fueran unas pocas vueltas en un trazado donde no tenía ninguna referencia. De hecho, nada más completar sus vueltas el asturiano se bajó contento, conocedor de que tendrá una pretemporada intensa donde no sufrirá los vergonzosos problemas de fiabilidad del pasado. Ahora, con un motor decente, está por ver si realmente McLaren mantiene el nivel en cuanto a innovación aerodinámica y evolución de chasis, ya que estas temporadas atrás, con la falta de potencia que tenían, no podían conocer su grado de competitividad en este sentido.

La unión entre McLaren y Renault puede funcionar, pero habrá que ver cómo le sienta la nueva normativa de motores (promovida por la FIA y apoyada por Mercedes y Ferrari), ya que sólo podrán usar tres durante todo el año. A partir del cuarto habrá penalizaciones y la fiabilidad fue un problema para el fabricante galo el pasado año. Al menos en su cliente más puntero, Red Bull.