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La Liga en agosto es un anacronismo

El campeonato de Tebas no puede empezar cuando los cuadernos de verano de los niños están a medio hacer

La Real Sociedad ganó al Rayo en San Sebastián
La Real Sociedad ganó al Rayo en San SebastiánJuan HerreroEFE

Había un tiempo en el que ganar el Teresa Herrera era más importante que levantar la Supercopa de Europa. Paseabas por Los Cantones de Coruña y los carteles del torneo llamaban más la atención que las heladerías. El imponente trofeo de la Torre de Hércules se lo ha llevado este año la Ponfe. Se impuso en la final al equipo antes conocido como Súper Depor. A un palmarés digno de la Copa de Europa –Real Madrid, Barcelona, Bayern, Benfica, PSV, Oporto...– se ha sumado un clásico de nuestra Segunda B, esa competición que ahora se llama Primera División RFEF. Manda huevos que diría Trillo. Ponme un buen Colombino, un Carranza, un Trofeo Bernabéu, un buen Gamper y te alegran una noche de verano como una verbena cargada de mojitos.

Tebas, el calendario y las teles mandan, pero llegar a final de agosto con tres jornadas de Liga disputadas es un anacronismo. La Liga no puede empezar cuando los niños tienen los cuadernos de verano a medio hacer. Lo mejor de la segunda jornada ha sido el carrerón de 100 metros que se marcó la jamaicana Elaine Thompson en Eugene. Lo demás, morralla. El fútbol en agosto es una paella a medio hacer, un gazpacho sin tomate o un marmitako de fletán. Lo de verdad no empieza hasta después del parón de selecciones o hasta la Champions. Es una forma más de superar la cuesta de septiembre. En lo de ahora hay jugadores que todavía están pensando en Ibiza. Es escuchar villancicos en el chiringuito, ponerte el concierto de Año Nuevo en Semana Santa o echar de menos a Filomena cuando estás plantando la sombrilla en la playa. No viene a cuento.