Alfredo lo fue todo

Unos días después de haber felicitado al gran Di Stéfano por su 88 cumpleaños nos despedimos de uno de los más grandes de la historia. Alfredo no sólo era el presidente de honor del Real Madrid, no sólo era una de las leyendas de nuestro club y del fútbol mundial, no sólo dirigía la asociación de veteranos de nuestro club y desempeñaba esa labor con mucho entusiasmo, preocupándose por el bienestar de sus compañeros y también de las señoras que habían perdido a sus maridos... Alfredo era eso y mucho, muchísimo más. El astro hispanoargentino era un hombre fuerte, con mucho ánimo al que el corazón le dijo basta. Son unos días tristes para la gran familia blanca. Él lo ha sido todo en el Madrid y con Paco Gento es el jugador más laureado de la historia madridista. Aún recuerdo con cariño y admiración, las interminables tertulias de fútbol y de la vida con compañeros y amigos de toda la vida como Pachín, Santamaría, Gento y Pérez Payá, entre otros. Escuchando sus vivencias se pasaban las horas y comprobabas la grandeza e importancia de estos hombres para la historia de nuestro Madrid.

Como entrenador, dirigió al Real Madrid en dos etapas. La primera fue de 1982 a 1984 y remodeló el club, que entonces atravesaba una situación delicada. Consiguió disputar cinco finales. También tuvo un papel estelar en la denominada Quinta del Buitre. Hizo debutar a Butragueño en un partido cuya presencia posibilitó una remontada histórica y que consagró a un estirpe de excelsos futbolistas. En la segunda etapa, en la temporada 90-91, tuve la suerte y la fortuna de tenerlo como entrenador. Fue un periodo corto de cinco o seis meses en el que logramos conquistar la Supercopa de España tras derrotar al Barcelona.

Recuerdo con cariño los entrenamientos de Alfredo junto a su segundo, Camacho. Era entrañable escuchar su sabiduría y las enseñanzas que nos mostraba. No era un hombre sólo querido por la gente del Madrid. Todo el fútbol lo estimaba. Su compromiso con todos los jugadores que han vestido la camiseta del Madrid y de la Selección y su generosidad ensalzan su figura hasta el punto más alto de la historia del fútbol mundial.