Balón de Oro

Ancelotti, un remanso de paz y éxitos

Ancelotti, en su etapa en el Milan con Kaká; precisamente, el brasileño será uno de los primeros dilemas que deba resolver el técnico
Ancelotti, en su etapa en el Milan con Kaká; precisamente, el brasileño será uno de los primeros dilemas que deba resolver el técnicolarazon

«Carlo, un día usted será mi entrenador». Es la frase con la que Florentino Pérez se despedía de Ancelotti cada vez que se ha cruzado con él, según desvelaba el técnico italiano en su libro autobiográfico. Y ese día ha llegado. Hoy Florentino Pérez puede sacar el futurible de la forma verbal y gritar a los cuatro vientos en presente que Ancelotti es el técnico del Real Madrid. Lo de menos es el acto de presentación o el momento de la firma de su contrato, sino que finalmente el PSG ha dado vía libre a poder oficializar lo que ya era una alianza hace tiempo.

«Carletto», su diminutivo cariñoso, que firmará por tres temporadas, encarnará un proyecto a medio plazo en el que si queda estampado su sello desde el primer día promete ser de éxitos y buen trato del balón. Y lo que es más importante y necesario tras el huracán Mourinho, un remanso de paz.

En lo personal, es lo que destacan de él los futbolistas que han estado a sus ordenes. Ancelotti (Reggiolo, 10 de junio de 1959), con 54 años cumplidos recientemente, posee un carácter más similar al de Del Bosque que al de Mourinho. Dicho queda, aunque las comparaciones sean odiosas. Pero él, apuesta más por el diálogo e instalar la comprensión y el compromiso entre sus pupilos, que la dirección castrense. «De todos los entrenadores que he tenido, él ha sido el que ha manejado el vestuario con más serenidad. Se guarda preocupaciones y tensiones, y así el equipo permanece tranquilo», destaca de él Maldini. Incluso el díscolo Ibrahimovic afirma que con ningún otro entrenador (y ha pasado por muchos) se ha sentido tan a gusto: «He trabajado con grandes entrenadores, pero nunca con uno que haya tenido una relación así con sus jugadores. Es la clave del éxito. Su método es suave y muy paciente. Hace sentir seguros a los jugadores». «Carlo entiende al futbolista como nadie. Conoce la profesión desde dentro, sabe cómo tiene que hablar a la plantilla y está acostumbrado a manejar vestuarios con grandes estrellas. Propone un fútbol ofensivo. Siempre piensa en ganar y lo ha hecho en todos los países en los que ha estado», sentencia Thiago Silva.

En lo deportivo, Ancelotti lleva una mochila cargada de títulos tanto como futbolista como entrenador. Con las botas puestas, vivió el Milan de Sacchi y de él se embebió de su forma de juego, a la que nunca ha renunciado país en el que ha sido entrenador. «Yo le enseñé a moverse y resultó que pensaba más rápido que nadie. Era un perfecto entrenador en el campo», dice de él Sacchi. Porque aunque se le asocia con el fútbol italiano, su experiencia va más allá del Milan o la Juve desde que emigró a la Liga inglesa (Chelsea) y la francesa (PSG). En las tres ligas, y gracias a sus éxitos, fue elegido el mejor entrenador del año. También le reconoció tal galardón la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS), en 2007, y la UEFA en 2003, los años en los que fue campeón de la Liga de Campeones.

Pirlo, Cannavaro o Zidane sienten devoción por él. Si Florentino Pérez intentó ficharle en otras dos ocasiones, en las que el italiano no pudo dejar el equipo en el que estaba, a la tercera ha sido la vencida, con la bendición añadida de «Zizou».

En lo futbolístico, la «Décima», la tercera para Carlo, es la gran ambición de Chamartín, pero también la excelencia en el juego que siempre ha deseado Florentino Pérez. Con el italiano, el Real Madrid recupera el gusto por el balón, muy alejado del fútbol de contragolpe imperante en la etapa de «Mou». Ancelotti asegura que en el equipo prime la posesión del balón, no con tanto toque como en el Barça en horizontal, sino en vertical y con mayor velocidad. «Ancelotti es un acierto para los equipos que le elijan porque su apuesta futbolística es muy buena», sentencia Pirlo, «il capitán».