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Bale empieza al mando

Sin Ronaldo ni Benzema, el Madrid se fía de él en su estreno. Tiene que ser su gran temporada

Gareth Bale, en el entrenamiento de ayer del Real Madrid
Gareth Bale, en el entrenamiento de ayer del Real Madridlarazon

Sin Ronaldo ni Benzema, el Madrid se fía de él en su estreno. Tiene que ser su gran temporada

«La primera media hora de Bale en la final de la Champions fue fantástica. Jugó veinte minutos muy buenos. Y obviamente que sabe competir», explicaba Cholo Simeone hace unos días en una entrevista en Movistar+. Bale despidió la temporada pasada a lo grande, protagonizando los mejores minutos del Madrid en el último partido. Alargó ese estado de forma durante la Eurocopa, donde terminó con un actuación casi heroica y, tras el verano, ha llegado a Valdebebas como si no hubiera pasado el tiempo o como si se mantuviera en buen estado físico de manera permanente. No necesita aclimatación ni ponerse en forma. Está listo desde el primer día. «Quiere seguir en la misma línea y quiere seguir haciendo historia con este gran club», explicaba ayer Zidane antes del partido de San Sebastián que abre la temporada.

Hace un año más o menos, Rafa Benítez empezó con un empate en Gijón y, aunque lo que sucede en el primer partido de Liga pueda parecer anecdótico, los puntos que se pierden se van echando de menos según transcurren los meses. «Tenemos que salir bien, fuerte. Sabemos que los inicios de competición son importantes. Tenemos un partido difícil en San Sebastián y es importante empezar bien la Liga», continuaba ayer Zidane. El problema es que el Real Madrid ya sale mermado por las bajas. Sin Navas ni Pepe atrás, sin Modric en el centro y sin Cristiano y Benzema arriba. No es el mejor modo de empezar a andar. Del trío de ataque que tantos goles protagoniza campaña tras campaña, sólo está Bale. Que no es poco: cuando Cristiano faltó varios partidos en la última primavera el galés demostró que está dispuesto a asumir la responsabilidad que se le pedía en el club. Sucedió, por ejemplo, en uno de los últimos encuentros, que se disputó en Anoeta. Hizo el tanto del victoria. Bale lleva 58 goles en 123 partidos y las tres veces que ha visitado el campo de la Real ha marcado. Es el hombre a seguir hoy. Y no sólo hoy, también el resto del curso.

«Gareth es un jugador importante de este equipo, el año pasado lo demostró. Es un año importante para él, como para los demás», continuaba Zidane, a quien no le gusta en exceso personalizar. Pero tanto él, como el club y quizá también el futbolista saben que ha llegado el momento de la verdad, de demostrar todo lo que tiene dentro. Ya no es el futbolista de momentos brillantes y decisivos, de su primer curso; ni el irregular del segundo. En su cuarto año, tiene que hacer valer que puede mantener su alto nivel durante una serie consecutiva de partidos. Como hizo la temporada anterior. Hasta que las lesiones se lo impidieron.

Porque la lucha de Bale es más contra las lesiones que frente a otras cosas. Ya no necesita convencer a los escépticos, porque van quedando muy pocos y tampoco tiene que vivir a la sombra de Ronaldo, porque se ha acercado a su altura. Además, ya no se mira su precio cada vez que hace una jugada. La distancia, su talento y los precios que se han pagado este año por otros futbolistas han relativizado su fichaje.

Tampoco es el hombre desorientado del primer año, que no entraba en la dinámica del vestuario y que no entendía el castellano. Sigue siendo un futbolista y una persona introvertida, que usa el golf para relajarse, pero tras su paso con la selección en la Eurocopa, ha demostrado que no le falta capacidad de liderazgo. Empieza la temporada el Real Madrid de Zidane. Se espera que también de Bale.