Real Madrid
El Madrid de Vinicius gana al Alavés y ya está listo para la batalla
El brasileño fue decisivo para la victoria. Benzema volvió a marcar. También Mariano
Se buscaba algo a lo que agarrarse, una ilusión, porque el fútbol vive de eso y la afición del Madrid se había queda algo huérfana y algo estupefacta por el comienzo de la temporada. Fue un otoño mustio y preocupante. Pero ya. Ya está, tiene 18 años, unas piernas como cañones, una capacidad de regate que hace tiempo que no se veía y la personalidad para levantar al Madrid y convencerle de que está listo para hacer frente a lo que viene. Ya es definitivo que Vinicius ha cambiado al Real Madrid. Le ha dado el descaro de la juventud, que vive sin miedo y piensa que es inmortal y que todo es posible.El Madrid empezó el curso con el peso de las tres copas de Europa, puede que incluso con la fatiga de eso, puede que con algo de rutina. Vinicius lo ha borrado de un plumazo. Tiene hambre. Fue él quien rompió la defensa del Alavés, un equipo ordenado y convencido, sin distracciones, que aburrió al Madrid y le tapó la inspiración. Pero Vinicius encontró el hueco por debajo de las piernas, abrió la puerta para dejar su regalo y Reguilón, después, encontró a Benzema. Lo decían en Twitter: Vinicius, Reguilón y Benzema, hace tres meses no es que fuera ni imaginable, es que era imposible relatar un gol de esa manera. Sin embargo, este es el Madrid y, oye, tiene buena pinta.Porque Vinicius es el típico futbolista que encuentra compañeros cerca y los convierte en aliados. Y ahora mismo no hay mejor socio de todos en el Madrid que Benzema. Incluso cuando tiene un día menos brillante, deja su golito de delantero centro, su huella, un punto más en las estadísticas para seguir avanzando en la tabla de goleadores. Entre los dos, entre Vinicius y Benzema ganaron al Alavés, en un día en el que el equipo de Solari no tuvo la inspiración de otras veces pero sí la constancia y las ganas de vencer. Eso se supone que siempre la han tenido, pero antes no se notaba,El partido contra los de Abelardo tenía su trampa: era el último antes de la gran tormenta. Ya no hay vuelta atrás ni tiempo para nada más que no sea competir. Ya tiene ahí al Barcelona, al Atlético y al Ajax esperando para probar de qué madera está hecho este equipo y si como ha ocurrido las últimas temporadas, tiene escrito en el destino volver a hacer algo grande. El Alavés no tiene tanto nombre, pero sí es un equipo que te hace la vida muy difícil, metiéndose atrás con un 4-5-1, tapando los huecos y refugiándose bien. Ni con el gol en contra perdió la compostura ni varió su plan. Es un grupo paciente y esa es su gran virtud. El equipo rival se cansa de intentarlo, se despista y de repente se da cuenta de que el choque se le está yendo de las manos y que los de Vitoria sí que están llegando al área. Le pasó al Madrid en la segunda mitad, después de trabajar mucho sin excesivo éxito. El gol de Benzema le puso el partido de cara, pero no le ahorró ni una pizca de esfuerzo. Apenas vio sitio el Madrid para profundizar en la primera mitad. El equipo se volcó en Vinicius y en Reguilón, titular otra vez. Marcelo estuvo calentando al final, pero sin salir al campo. Resulta que su recambio o su mejor sustituto estaba en la cantera. Por el otro lado, Odriozola corría y corría sin desmayo. Tiene mérito su insistencia. Nunca decae y suele conseguir premio, como en el tercer tanto. En cambio, Bale, titular por delante de Lucas, que ni estuvo en el banquillo, no mostró ese entusiasmo. Tiene que ir despacio para su recuperación, pero no está claro si para los partidos exigentes que vienen está preparado. Vinicius se quedó en la izquierda. En la segunda parte, Solari los cambió de banda sin mucho fruto, porque el brasileño estuvo más fuera de lugar. Cuando volvió a la izquierda, el Madrid se reencontró. Pasó unos veinte minutos confundido, pero en cuanto Vini se colocó en su lado, volvió a encontrarse. Con su gol y con el de Mariano, en el Santiago Bernabéu se empezaron a oír cánticos de revancha contra el Barcelona, porque es un estadio que ha recuperado la fe en los suyos y piensa que febrero es el mes perfecto para dejar atrás ya definitivamente ese otoño gris y afrontar la temporada a pecho descubierto.Con Benzema y con Vinicius siempre por delante.
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