Dos maneras de ser italiano

«Hay que trabajar mucho para ganar un partido en la Liga española, que es la mejor del mundo. El secreto está en que todos nos hemos ayudado. Los jugadores de más talento a los de menos, las estrellas a los jóvenes... Así se puede ser campeón». La frase, que puede repetir hoy Ancelotti, es de una entrevista a Fabio Capello en la temporada 1996-97, en la que el equipo blanco sumó 25 encuentros sin perder (sólo Beenhakker, con la Quinta del Buitre acumula más: 34). Los mismos que ya lleva el actual entrenador blanco. Desde que perdió en el Camp Nou, el Real Madrid no conoce la derrota, ha disminuido el número de goles recibidos y marca como siempre, esté o no Cristiano Ronaldo.

Y aunque los dos son entrenadores italianos y, por ahora, comparten récord en el conjunto blanco, tienen una concepción distinta de cómo se tiene que conseguir el éxito. En Liga, los de Ancelotti suman casi tres goles por encuentro y han superado los cien en sólo 38 partidos. El conjunto al que Capello hizo campeón de Liga acabó el campeonato con dos goles por partido. Para Fabio la palabra clave era orden, para Carlo es «equilibrio». Es una diferencia más importante de lo que parece. Uno se refiere a no recibir goles y el otro a no recibir tantos como los que se pueden marcar. «Yo creo que la clave de todo es que somos un grupo. Todo el mundo está aportando su granito de arena juegue mucho o poco. Todo el equipo está unido y en cuanto al juego hemos encontrado un equilibrio. Tenemos un sistema de juego en el que el equipo está a gusto y los resultados y el juego están llegando», explicaba ayer Carvajal.

Poco a poco Ancelotti va superando cifras pese a la dificultad: mientras el equipo de Capello cayó en enero en Copa contra el Barça y no jugaba en Europa, el de ahora aspira a todo: «Optamos a tres títulos, estamos colíderes, en la final de la Copa y vuelve la ''Champions''. Por el triplete daría todo, pero no va a ser fácil», continuaba ayer el lateral derecho.

Y mientras Capello tuvo diferencias entre otros con Suker o con un jovencísimo Guti , Ancelotti va salvando las adversidades con mano izquierda y levantando una ceja. Y si un joven como Jesé pide paso, le va a haciendo un sitio. Dos formas de jugar, dos caracteres: «Ancelotti Mantiene la armonía en el grupo, crea buen ambiente y nos mantiene a todos alerta», dijo Carvajal.