Balón de Oro
El fastuoso hogar de las estrellas
Los jugadores del Madrid disfrutan desde esta temporada del lujo y la comodidad de la residencia de Valdebebas
Isco es el mejor lanzando a canasta. Como tenga el día, no falla una. Y al ping-pong, Cristiano Ronaldo podría haber sido tan bueno como al fútbol. Por suerte para el Real Madrid, se dedicó a dar patadas al balón. Ahora juega al tenis de mesa en su tiempo libre, las horas muertas que los futbolistas pasan concentrados. Lo hace en la espectacular residencia que esta temporada ha estrenado el Real Madrid en Valdebebas. Allí duermen los jugadores las noches que se concentran cuando juegan en casa y comen y descansan después de los entrenamientos.
Es como un hotel de lujo, o incluso mejor, una residencia que se puede considerar de seis estrellas. 8.000 metros cuadrados, unas 15 o 20 personas trabajando, 56 habitaciones, recepción, cine, zonas comunes, piscinas. Los jugadores, con sus habitaciones personificadas, con su nombre en una puerta que se abre con huella digital, se van a encontrar tan cómodos como en su casa y a unos escalones de los campos de fútbol donde van a entrenarse. En una casa así, las habitaciones con mejores vistas son, evidentemente, las que dan a los terrenos de juego.
En la planta baja, tras pasar la recepción, se llega a las zonas comunes. Con ordenadores y cómodos sillones, los jugadores pueden relajarse mientras hablan o juegan a las cartas (la «pocha» es el juego preferido) o al parchís, que es un juego adictivo. Si prefieren desconectar, tienen una sala de cine para 46 personas. Y en otra habitación contigua, para que el tiempo corra, una sala de juegos. Con futbolín, billar, con videoconsola, simuladores de Fórmula 1, el ping-pong, donde Cristiano Ronaldo no tiene rival, o un juego para meter canastas, en el que Isco luce su calidad tan similar a cuando juega con el pie.
En la misma planta se encuentra la piscina climatizada (ver la foto de arriba). En la primera planta se encuentran las habitaciones de los jugadores, iguales a las de la segunda planta, sólo que las de los futbolistas están personalizadas. Sólo la del entrenador, Carlo Ancelotti, es un poco más grande que el resto.
Al entrar, un pequeño salón, con una televisión fina, pegada a la pared y enorme. La luz entra por la terraza (compartida por dos habitaciones). En el cuarto, una cama «king size» y un escritorio y al lado, el cuarto de baño, tan grande como el dormitorio, con una ducha y bañera de hidromasaje. Las primeras habitaciones, las que dan al comedor, las ocupan Casillas y Ramos, y la siguiente es la de Cristiano Ronaldo.
El comedor es una amplia sala, con una gran terraza. En dos alargadas mesas comen: en una, los jugadores; en la de al lado y en paralelo, los técnicos con el resto de empleados. Como una familia en su hogar.
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