Atlético de Madrid
El Atlético espanta los fantasmas gracias a Griezmann (3-1)
La final queda muy lejos. El sueño rojiblanco, que no cuesta dinero, pero que es complicadísimo como argumentan Simeone y los jugadores, sigue siendo real. El Atlético dio su segundo pasito en la Champions con un triunfo ante el Brujas –inferior en todas las facetas del juego– y espanta los fantasmas del Qarabag. Griezmann lo arregla todo y sus dos goles sirvieron para cerrar una trabajada victoria en la que el técnico rojiblanco –volvía al banquillo tras su sanción– tuvo que mover varias veces la posición de sus jugadores para buscar las soluciones ofensivas.
Y la entrada de Filipe Luis en el descanso fue determinante. Las bandas no habían existido en el primer tiempo, con Arias muy timorato y sin profundidad y con Lucas en su versión más defensiva por lo que los tres centrales que colocó Leko mantenían a raya a Diego Costa, Griezmann y Lemar. Saúl partía desde la izquierda, pero no rompía líneas y los pases de Koke y Thomas no llegaban a su destino. El ritmo del Atlético no inquietaba en exceso al Brujas, que se desplegaba por los costados en cuanto veía un hueco.
Avisó Griezmman con un remate en fuera de juego y remató la faena tras un pase de Lemar. Derribado el muro belga, el equipo controló hasta que Danjuma despertó el Wanda con un tirazo al que no llegó Oblak. Un gol inesperado, que obligó a Simeone a recomponer el equipo. Dejó a Giménez, con tarjeta, para que Filipe fuera el amo de la banda izquierda. Saúl movió su posición y el balón corrió con más rapidez, más precisión porque se jugaba al primer toque, aunque Diego Costa, enrabietado, se frustaba cuando tenía la pelota, no le salía nada al de Lagarto, pero siempre daba la cara.
Koke pudo marcar, prefirió pasar a Griezmann y el francés se encontró con el cuerpo del portero, en acción parecida a la del sábado en el Bernabéu. El gol no llegaba y Simeone se quitó el disfraz defensivo y colocó a Correa. Todo el potencial ofensivo sobre el campo. Koke haciendo de Thomas y el Atlético volcado hasta que Lemar encontró a Diego Costa y éste se la cedió a Griezmann que hizo el segundo. En la jugada se lesionó Diego Costa y entró Rodrigo. El equipo volvía ser más equilibrado una vez cumplido el objetivo.
Con un Brujas intentando el empate, llegaron las ocasiones. Correa se hinchó un par de veces de balón cuando tenía el gol en sus botas. Lemar se precipitó en un disparo lejano y ya cuando todo estaba finiquitado Griezmann centro desde la línea de fondo y el incansable Koke –anoche vigilado por Luis Enrique desde el palco– hizo el tercero para una victoria inapelable con un Atlético paciente, que tuvo la posesión y que cuando aceleró el ritmo doblegó a un Brujas peléon, trabajador que se topó con Griezmann. Y con Simeone más valiente que nunca.
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