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Real Madrid

0-3. Los suplentes del Madrid resuelven en Soria

Bale marcó el primero en el minuto 35 al transformar una pena máxima cometida sobre Lucas Vázquez, quien de nuevo provocó un segundo penalti en el 89 que materializó Isco. Después, en el 91, Mayoral sentenció la eliminatoria

Los jugadores del Madrid celebran el tanto de Gareth Bale
Los jugadores del Madrid celebran el tanto de Gareth Balelarazon

Bale marcó el primero en el minuto 35 al transformar una pena máxima cometida sobre Lucas Vázquez, quien de nuevo provocó un segundo penalti en el 89 que materializó Isco. Después, en el 91, Mayoral sentenció la eliminatoria.

Los suplentes del Madrid tienen un problema: deben ganarse el puesto o la consideración de Zidane y de los madridistas en partidos como el de ayer, en Soria, a desmano, con mucho frío, en un encuentro feo, con más garra que emoción por parte del rival. Son días de trabajo y de pocos momentos para lucirse porque el rival aprieta, se juega la vida, muerde si hace falta y todo es muy incómodo. Por eso, ños fubolistas con menos minutos de Zidane tiene más que perder que lo que pueden ganar y en Soria, frente al Numancia, cumplieron el expediente sin especial brillantez, pero con efectividad. Ganó el Madrid por tres goles de distania y el martes que viene, en el Bernabéu, gran parte de estos futbolistas tendrán otros noventa minutos para jugary puede que para darse una partido de fiesta, que todavía no se la han podido dar en los encuentros de Copa.

Están siendo extraños los partidos de ida del Madrid en este torneo. En Fuenlabrada, con el partido que abrió el torneo, ganó por 0-2 con dos tantos de penalti y ayer ganó por 0-3 y los dos primeros desde los once metros. El último fue obra de la cabeza Mayoral, que hizo un encuentro discreto hasta que marcó el tanto con el que puede presumir de estadísticas. En los dos anteriores el protagonista fue Lucas Vázquez, el mejor del partido, otra vez siendo el jugador vivo que tanto gustó en su primer año en el Real Madrid. No empezó bien la temporada, pero se ha puesto fino para intentar de nuevo la primera idea de Zinedine Zidane cuando piense en un cambio en el once titular. Es muy rápido y si no andas listo, te la lía en el área porque cuando quieres dar al balón, ya lo ha movido y chocas con su pierna. El primer penalti fue muy claro, el segundo, en cambio, sí que puede despertar muchas más dudas.

El Numancia se sintió injustamente tratado porque antes de la primera pena máxima en contra, reclamó un agarrón de Theo que el árbitro no consideró falta. Para el conjunto local la rabia fue su gasolina, para lo bueno y para lo malo. Por la rabia hizo entradas a destiempo, alguna de ellas salvaje, como la de Diamanka a Nacho y que obligó que el árbitro le mostrase la segunda amarilla y, por tanto, la expulsión. Con diez, con la grada irritada, sacó lo mejor de sí mismo el equipo local, que vio huecos en un Real Madrid mucho más relajado. Ocurrió entonces lo mejor del partido de los locales: un robo de balón de Íñigo López a un Llorente que no termina de despuntar y su tiro desde casi el centro del campo ante un adelantado Casilla no fue gol porque lo rechazó el larguero.

El Madrid, que había controlado hasta entonces el partido con mucha calma, de una manera más burocrática que brillante, sufrió un poco, pero en parte porque sus ganas de cerrar el encuentro y la eliminatoria, que le hizo marcharse hacia delante. Empujó sobre todo Lucas Vázquez, el más incisivo de todos. Es de los suplentes el que con más minutos se ve, como Asensio. Pero éste estuvo más irregular. Cada vez que la pelota le llega da la sensación de que algo distinto va a ocurrir. Y si le pilla a treinta metros del área contrario y con opción de disparo, no es arriesgado apostar por un gol.

Más constante fue Bale durante el tiempo que jugó. El galés ya parece listo para dejar los minutos de los encuentros menores y medirse en serio en los choques importantes. Se le ve con ganas, participativo, ayer como segundo delantero o media punta. Mediada la segunda mitad, Zidane le dio descanso. Era el nombre más reluciente en un equipo de meritorios, que cumplió con su papel.