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Europa, a los pies de Alemania
Wembley elige al campeón de la «Champions»: Bayern o Dortmund
«Hay gente que ha escalado el Everest y se ha tenido que dar la vuelta cuando quedaban diez metros para la cima», explica Jurgen Klopp.
«Hay gente que ha escalado el Everest y se ha tenido que dar la vuelta cuando quedaban diez metros para la cima», explica Jurgen Klopp. Así se siente el entrenador del Borussia Dortmund después de eliminar al Real Madrid en semifinales y alcanzar la final de la Liga de Campeones. Klopp es consciente de que el favorito es el Bayern, el equipo capaz de robarle a su estrella, Mario Götze, a cambio de 37 millones de euros. Sin embargo, Götze, una de las atracciones de la final, no estará sobre el césped. Se lesionó en el partido de vuelta de las semifinales en el Bernabéu y ayer la agencia Reuters difundía una foto con su tarjeta de embarque abandonada sobre uno de los mostradores del aeropuerto de Dortmund.
Götze se despide del Dortmund y Jupp Heynckes se despide del Bayern y del fútbol profesional. A no ser que Ancelotti no pueda desligarse del PSG y el alemán acabe regresando al banquillo del Bernabéu. «El pasado sábado fue mi último partido en la Bundesliga como entrenador y ésta será mi última oportunidad para ganar la Liga de Campeones», confesaba ayer en la sala de prensa del estadio de Wembley. Será su tercera final de la «Champions» y, probablemente como él dice, la última. Ganó la primera con el Real Madrid y perdió la segunda la temporada pasada con el Bayern en casa y ante el Chelsea. Hoy tiene la oportunidad de vengar aquella decepción antes de dejar el equipo en manos de Pep Guardiola. Ya ha ganado la Bundesliga y ahora sólo le quedan dos finales para despedirse, la de hoy y la de la Copa alemana. «Sé de lo que es capaz mi equipo. Ya lo dije antes de jugar contra la Juventus y el Barcelona, cuando no éramos favoritos. Siempre he pensado que podíamos ganar esta competición. Tenemos un equipo impresionante y juega con unidad. Si somos capaces de aprovecharlo ganaremos el partido», advierte el preparador alemán.
Es la primera ocasión en que se enfrentan en la final dos equipos alemanes. Son también dos maneras de entender el fútbol. El Dortmund es un equipo casi artesanal, recuperado de una terrible crisis financiera que a punto estuvo de acabar con él, representante de la cuenca minera del Ruhr. Su trabajo es la cantera y fichajes no muy llamativos que acaba rentabilizando en grandes traspasos. Futbolistas como Sahin o Götze, o posiblemente el polaco Lewandowski. La fuerza del equipo amarillo es su público, la afición más impresionante de Europa después de haber acabado con los «ultras».
El Bayern es una multinacional, el equipo con el mejor balance económico del mundo, casi el único capaz de tener dinero ahorrado para gastarse en fichajes como el de Javi Martínez el verano pasado o el de Götze para la próxima temporada. El equipo bávaro busca su quinto título. Algo que se le ha escapado en sus dos últimas oportunidades. «No sé si estamos bajo más presión. Es la tercera final en cuatro años en la Liga de Campeones y estoy bastante seguro de que el equipo tendrá más oportunidades de jugar finales en los próximos años», asegura el capitán, Philip Lahm. Su modelo es el Barcelona. «No creo que podamos coger su testigo, pero es nuestra tercera final y queremos llevarnos la copa a Múnich», añade. El año próximo Guardiola los ayudará.
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