Valencia

Heras, indultado ¿de qué?

Heras, indultado ¿de qué?
Heras, indultado ¿de qué?larazon

Prohibido atajar; por María José Navarro

Los datos del Boletín Oficial del Estado lo confirman: el indulto en este país está «chupao». Lejos de ser una excepción, se ha convertido en lo habitual. Desde que comenzó la democracia en España ya son, según cifras oficiales, más de 17.000 personas las perdonadas, entre las que se encuentran golpistas, varios implicados en los GAL, banqueros, empresarios, jueces y un puñado de policías a los que la mano se les va con muchísima facilidad. Si a eso le sumamos algunos toros a los que no se ha dado muerte en la plaza, a pesar de no cumplir los requisitos que manda la ortodoxia de la fiesta, y que los «ninots indultats» en Valencia no son estéticamente irreprochables, el término ya invita a torcer el morro y a sospechar. Roberto Heras también ha sido indultado. El Supremo ha ratificado la anulación de su sanción por dopaje en 2005 porque considera que los organismos que presentaron las denuncias contra el ciclista no son competentes y, además, porque encuentra irregularidades en los análisis practicados al corredor y en la forma de entrega de esos análisis.

Pueden ustedes pensar que esto no hace inocente a Roberto Heras. Moralmente, quizá no. Pero, judicialmente, lo es. Nos hemos dado un sistema garantista que permite que los resquicios se aprovechen por parte de la defensa más que por parte de la acusación, es cierto, pero son esos mismos resquicios los que nos permiten a todos, a Heras y a nosotros, confiar en que los procesos son y serán impecables.

El ciclista de Béjar es inocente. La chapuza la han perpetrado los que pensaban que el fin justificaba los medios. La limpieza es también parte del camino, señores.

Santos e inocentes; por Lucas Haurie

Lo confieso: nada sé del caso de Roberto Heras en una Vuelta a España de hace aproximadamente cuatro siglos. Ignoro si desayunaba todas las mañanas café con clembuterol y media tostada con EPO o si es otra víctima del contubernio contra el deporte patrio de la Prensa internacional, las agencias antidopaje de todo el mundo, la industria cárnica y la francmasonería. Desde luego, hay que ser muy paranoico para imaginar que un ciclista encuadrado en dos estructuras tan inmaculadas como Kelme y US Postal se ha dopado. Malpensados, que sois todos unos malpensados, si apenas podríais recordar setenta u ochenta casos de positivo en estos equipos; como mucho, cien. Pero no se trata del huevo, sino del fuero.

El titular es letal para la credibilidad del deporte nacional: de nuevo, un tribunal español blanquea a un compatriota convicto de dopaje. Y ahora, que venga otra vez Miguel Cardenal, desde el Consejo Superior de Deportes, con el cuento de la tolerancia cero para que todos nos muramos de la risa. Durante el año que acaba de empezar, el Comité Olímpico Internacional designará la sede de los Juegos de 2020, a los que sin demasiado entusiasmo aspira Madrid.

¿A nadie se le ha ocurrido que la sentencia del Supremo que absuelve a Heras y encima añade que los atletas españoles no tienen por qué someterse a la autoridad del TAS puede minimizar unas opciones ya de por sí remotas?

Para colmo, el laboratorio que debía ser el buque insignia antidoping del deporte español se encuentra temporalmente clausurado por una chapuza digna del profesor Bacterio. Esto también va a ser cosa de los extranjeros, que nos tienen envidia.