F. C. Barcelona
Kevin no deja heridos
Las palabras de Piqué no afectan a los internacionales. Los aficionados primero le pitaron y luego le pidieron autógrafos
«Payaso, hijo de puta». No eran muchos los que gritaban, pero se hicieron notar cuando Piqué abandonó antes de tiempo el entrenamiento de la Selección, el primero con todos los internacionales para preparar el amistoso del jueves contra Costa Rica y el del domingo contra Bielorrusia de clasificación para la Eurocopa. Después, esos mismos y muchos más corrieron detrás del central azulgrana para que les firmara un autógrafo que dejara constancia de que habían presenciado en directo el entrenamiento de La Roja. «Son los mismos que le recordaban cuando ha llegado que el Madrid tiene diez copas de Europa», aseguraba uno. Los mismos que le pitaban al pisar el césped de la Ciudad del Fútbol. Alguno, incluso, perseguía a Piqué con un póster de Sergio Ramos en la mano. Los primeros en lanzarse después al césped a la busca de un autógrafo de Ramos. Al lado, una niña esperaba con una pancarta manufacturada el saludo de Casillas, que tardaría en llegar.
El público estaba dividido. Los jugadores parecían decididos a no repetir situaciones pasadas en las que la convivencia se complicó por esas cosas y algunas peores. «No considero una ofensa las palabras de Piqué», dijo Carvajal a su llegada a la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. El central azulgrana, en la celebración del triplete agradeció los títulos a Kevin Roldán, el cantante que amenizó el cumpleaños de Cristiano Ronaldo después de perder 4-0 con el Atlético en el Calderón, pero no ha dejado secuelas en la concentración de la Selección. «Felicito al Barcelona por su temporada», añadió el lateral madridista.
No hubo más palabras de los internacionales al respecto. Casillas, Sergio Ramos e Isco, perseguido por las cámaras a la carrera, llegaron con prisa y sin demasiadas ganas de hablar. Tampoco muchas más había en el resto de internacionales. «He estado en Londres y no he visto nada», aseguraba Cesc. Por la tarde, en el entrenamiento, Piqué se mantuvo al margen del grupo, igual que Busquets y Jordi Alba –los tres venían de jugar la final de la Liga de Campeones y de una larga celebración–. Morata, Pedro y Bartra no tuvieron esos privilegios y entrenaron junto al resto de compañeros.
Los más jóvenes, como Sergio Rico, disfrutaban de su primer entrenamiento como miembro de pleno derecho de la Selección. «Está siendo un gran año para mí. Venir a la Selección es un sueño hecho realidad, es una recompensa al trabajo de todo el año y estoy aquí para aprender todo lo que pueda», decía el guardameta sevillista. Para él era el primer entrenamiento en el que no faltaba nadie. Sólo Iniesta, al que los médicos de la Federación ya habían liberado el domingo de su compromiso con La Roja por culpa de las molestias musculares que habían comprometido ya su participación en la final de la Liga de Campeones.
Del Bosque había llamado inicialmente a 24 jugadores y ha decidido no convocar a nadie para suplir la baja del azulgrana. Ni siquiera a alguno de los cinco aprendices que completaron los entrenamientos de La Roja la semana pasada. Del Bosque confía en sus hombres.
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