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Real Madrid

Más paciencia que pasión

El Madrid pide el apoyo del público y tener la cabeza fría para remontar los dos goles en contra y pasar a semifinales de la Champions

Más paciencia que pasión
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El Madrid pide el apoyo del público y tener la cabeza fría para remontar los dos goles en contra y pasar a semifinales de la Champions

«Como testigo personal de ese tiempo, me resulta inolvidable la actitud de Camacho en aquellas famosas remontadas que, en los años ochenta, terminaron por dar al Real Madrid dos Copas de la UEFA seguidas. En esas noches europeas donde se acuñó la expresión de ‘‘miedo escénico’’, el Santiago Bernabéu hervía con más de cien mil aficionados, muchos de pie, jugando cada uno de ellos su particular partido desde las gradas. Pero el primer ultra que los jugadores veíamos a primera hora del día era Camacho. No más allá de las ocho de la mañana irrumpía en las habitaciones como si el partido estuviera a punto de empezar, y era necesario satisfacer su curiosidad, porque de lo contrario no se marchaba. En mi caso, lo que quería saber era lo siguiente: ‘‘¿Cómo vas a cabecear los córners esta noche?’’ José Antonio no era un teórico, de modo que una simple respuesta resultaba insuficiente. Exigía una demostración. Y de inmediato. Había que levantarse, saltar y cabecear al aire. Una vez hecha la demostración, uno intentaba seguir durmiendo y Camacho se marchaba hacia otra habitación, hacia un nuevo objetivo al que inocularle pasión. Ninguna habitación se quedaba sin ser visitada», recuerda Jorge Valdano las remontadas históricas del Real Madrid en su libro «Los poderes del líder».

Eran tiempos en los que un equipo con más pasión que talento, con más aliento que técnica, tenía que remontar en noches épicas los naufragios que habían vivido en los partidos de ida. Eran partidos a lo loco, jugados con el corazón en la boca, muy emocionales. Justo lo contrario de lo que quiere hoy Zidane para el choque contra el Wolfsburgo. «Estamos 2-0, tenemos que marcar, pero hay 90 minutos o más para hacerlo. El mensaje es tener paciencia. En la Liga estábamos a 13 puntos con el gol del Barcelona y hoy estamos a 4. En el fútbol pasa de todo», explicaba el entrenador francés. Ha pasado mucho tiempo desde aquellas remontadas que forjaron el carácter madridista y Zidane tiene la sospecha de que las últimas veces que el Madrid ha apelado a la épica ha sido contraproducente: como si le afectara más que al rival.

Por eso y porque con dos goles se iguala la eliminatoria, en el club se mantiene un tono moderado. Sí que se pide el aliento de la afición, pero también se apela a su frialdad, a que aguanten y a que no critiquen a los suyos si las cosas no salen como se esperan desde el principio: «Hay muchos mensajes de calentamiento para este encuentro. Es un partido importante, todos los sabemos y para jugarlo hay que tener la cabeza fría. No lo vamos a ganar en 10 o 15 minutos pase lo que pase», continuaba ayer Zidane, que ya en la ida dijo que no se iba a volver loco.

Pide cabeza fría y pasión, intensidad y pelear todos los balones: Pero eso también lo va a tener el rival que, además, llega con dos goles de ventaja. En lo que le gana el Madrid es en lo que hace con el balón. Ahí es muy superior a los alemanes: «Sobre todo, lo que tenemos que hacer es jugar al fútbol. Ellos van a entrar fuerte y a poner mucha intensidad. Vamos a poner la misma intensidad y lo que va a decidir es el balón. Está bien la pelea y todo eso, pero lo que tenemos que hacer es jugar al fútbol», continuó ayer Zizou.

Pese a que los futbolistas se han conjurado, con Sergio Ramos y Arbeloa al mando, pidiendo a todos corazón y, sobre todo, que jueguen juntos; de puertas para afuera, quieren rebajar el tono emocional del choque, para que eso no les paralice a ellos ni al público: «Mucha paciencia –decía ayer Modric–, no podemos resolver todo en 5 o 10 minutos. Seguro que vamos a tener oportunidades. Todo va a terminar bien».

El apoyo del público se considera fundamental para dar el primer golpe contra un rival inexperto a estas alturas de la competición, que puede acusar el vértigo de jugar en el Santiago Bernabéu y de defender una ventaja buena ahora, quizá exigua cuando el partido vaya avanzando: «Quieren asustarnos, pero nosotros también vamos a infundir mucho respeto», decía ayer Dieter Hecking, entrenador rival. «Se trata de jugar al fútbol y si hay 80.000 personas no me interesa a mí como entrenador ni a mis jugadores, lo único importante es que tenemos que jugar al fútbol», acababa.

Un vestuario convencido

Los jugadores del Real Madrid llevan una semana pidiendo el apoyo del público para conseguir doblegar al Wolfsburgo. Ha sido una semana de charlas en el vestuario, de ánimos y de no mirar atrás. Están convencidos de que se puede ganar hoy y pasar de ronda.