Selección Española
«Lo importante es qué se hace con la pelota»
La tan anunciada muerte del «tiki-taka» no es real. No se trata de cuestionar la posesión, se trata de que «el balón circule rápido». Así lo ven Cappa, Caparrós o Antic, que analizan las tendencias que están marcando el Mundial
La tan anunciada muerte del «tiki-taka» no es real. No se trata de cuestionar la posesión, se trata de que «el balón circule rápido». Así lo ven Cappa, Caparrós o Antic, que analizan las tendencias que están marcando el Mundial.
Perdió España en el Mundial en octavos (3.335 pases, líder; y 69 por ciento de posesión de media); no pasó de la primera fase Alemania, su heredera como campeona y como referente del juego de toque (668 pases por partido en Rusia, segunda en el ránking [España, 833,7], y 65,3 por ciento de posesión de balón, sólo superada por España); y fue eliminada Argentina por Francia en un partido en el que tuvo más tiempo el balón, pero hizo menos daño. De hecho, la albiceleste es segunda en el listado de pases del campeonato (2.246) y tercera en el de tenencia de la pelota (61,1 por ciento). Ante estas cifras, surgen varias preguntas: ¿Es el final del «tiki-taka»? ¿Hay un cambio de tendencia en el fútbol? Ángel Cappa, entrenador argentino, ex del Real Madrid entre otros, da las primeras pinceladas: «Ahora se hacen análisis a partir de la estadística, y de lo que hay que partir es del concepto». Los matices son muchos, y se irán analizando a continuación.
Cuando España ganó de forma consecutiva Eurocopa-Mundial-Eurocopa, muchos quisieron imitar la fórmula del éxito, del pase a pase hasta encontrar el hueco y derribar al contrario. Defenderse con la pelota. Lo copió Alemania, que incluso acudió a ver cómo trabajaba la Federación desde la base, y ganó el Mundial de 2014; lo intentó hasta Italia... Pero la selección «azzurra» se quedó fuera del Mundial. «Pep Guardiola nos ha arruinado. Es un técnico fantástico, con una mente fantástica, pero los entrenadores italianos han intentado copiarlo sin tener sus conocimientos», analizó Chiellini, defensa italiano. Guardiola es uno de los defensores del juego de posesión que la Roja vino desplegando ya con Luis Aragonés con una buena base de jugadores del Barcelona. Después de la eliminación de Alemania tras la derrota con Corea, Paul Breitner, campeón del mundo con la «Mannschaft» en 1974, aseguró: «Estaría encantado de prescindir de los 15.000 pases de Kroos si lograse aprovechar una sola vez el espacio que genera con sus movimientos. Todos esos pases en corto saben hacerlos muchos en la Bundesliga». La manera de jugar, puesta en entredicho. De los ocho equipos supervivientes en Rusia, tres lo hicieron con planteamientos plenamente defensivos: el anfitrión, Uruguay y Suecia; otros dos, como son Brasil y Francia, con un juego rocoso en el medio; y tres con una vocación más ofensiva: Croacia, Bélgica e Inglaterra. De los ocho clasificados, sólo tres lo hicieron teniendo más la pelota que el contrario en el duelo de octavos (Croacia, Dinamarca e Inglaterra, aunque estos superaron a Colombia 51-49), y dos de ellos (Croacia e Inglaterra) resolvieron el choque en los penaltis. Los demás, hasta Brasil contra México, ganaron con menos posesión.
«La posesión al final te tiene que servir para generar ocasiones. Si no tienes movilidad, velocidad, verticalidad... la posesión no sirve para nada», opina Joaquín Caparrós, ex entrenador de Sevilla o Athletic Club. «A mí me hace gracia cuando dicen que Ramos ha dado no sé cuántos pases, o que Argentina tuvo la posesión. Lo que hay que preguntarse es: «¿Dónde la tuvo?» o «¿qué hicieron con la pelota?», explica Cappa. «La tenencia del balón es una necesidad del juego, luego se puede usar mal o bien. La posesión no hay que cuestionarla, pero se trata de circular la pelota rápido para distraer la atención y generar un espacio. Si va lenta, no distraes a nadie», continúa el técnico argentino, que indica que, por ejemplo, lo que hizo la selección de su país no está relacionado con lo que tendría que identificarse como posesión: «Jugaron a la pelota, no al fútbol. Se la pasaban como quien se pasa una bomba que está a punto de explotar». La idea de tener el balón va más allá de lo que diga un porcentaje.
Para Radomir Antic sí estaba habiendo una tendencia a defender en el Mundial: «No estaba contento con el repliegue que estaban teniendo los equipos... –explica desde Serbia el ex preparador del Real Madrid y del Atlético– hasta que vi el Japón-Bélgica». Y desarrolla su idea: «Es un ejemplo que hay que analizar. Fue un partido impresionante, con ritmo en las dos fases, la ofensiva y la defensiva. ¡Bienvenido ese fútbol!», continúa. «Lo de España fue una decepción. Es verdad que Rusia se replegó, pero la selección española no encontró la manera de entrar», insiste Antic. «Le ha pasado a Alemania, que cogió nuestro modelo y también está eliminada, por lo que habrá que analizar ese tipo de situaciones», afirma Caparrós. «Dicen que Rusia puso cinco delante y contra eso es difícil, pero España contra Rusia no arriesgó. El juego es riesgo y España jugó a no perder la pelota por miedo a que le hicieran contraataques, como había pasado en los partidos anteriores. Yo, cuando entrenaba y me decían que cuántos pases eran necesarios, decía: «Uno». «¡Pero así es imposible!», me contestaban. «Pues dos», decía. Hay que dar los pases necesarios para fabricar espacios. Por ejemplo, en la última jugada de Bélgica contra Japón, ¿cuántos pases dieron? Tres. Hubiera sido ridículo que De Bruyne hubiera echado la pelota para atrás, porque había espacios», explica Cappa, que piensa que a lo largo del Mundial el conjunto nipón ha sido «el que mejor ha tenido la pelota», pese a que fue muy inocente en el córner a favor que supuso su eliminación. «Bélgica, también la ha tenido bien», insiste el argentino. Y mejor que nadie la tuvo la España que fue campeona, la que enseñó de verdad qué hacer con el balón. «Yo pongo el símil de los futbolistas y los coches: antes los coches tenían cuatro velocidades, y ahora tienen siete y ocho, y lo mismo pasa con los futbolistas. El fútbol requiere velocidad, pero eso no quiere decir que tengamos que cambiar nuestro modelo. Creamos futbolistas muy talentosos y el talento hace que a lo mejor un futbolista no es tan rápido, pero sí ejecuta mentalmente a esa octava velocidad. El fútbol tiende a lo físico, pero, bajo mi punto de vista, lo más importante es la técnica: sin ella no hay táctica y sin táctica no se juega con orden. Hay que buscar fórmulas para hacer avanzar y adaptar nuestra forma de jugar», concluye Caparrós.
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