Copa del Rey

Copa del Rey

Por una final sin pitada

Don Juan Carlos acompañado por Florentino Pérez
Don Juan Carlos acompañado por Florentino Pérezlarazon

Madrid- Desde 2009 las finales de la Copa del Rey, de fútbol y de baloncesto, han estado marcadas por una pésima costumbre antes y durante el partido: pitar al himno nacional y a los miembros de la Familia Real que se encontraban en el palco. Aquel Barcelona-Athletic Club en Mestalla sirvió de ejemplo para que el «show» se repitiera dos años después en el mismo estadio con la presencia de Don Juan Carlos y Doña Sofía en la final del Real Madrid-Barça. El año pasado en el Vicente Calderón, en el Barcelona-Athletic, los Príncipes de Asturias también vivieron tan desagradable experiencia. Pero la mala educación de algunos no es exclusiva del fútbol. En las finales de la Copa del Rey de baloncesto, desde la edición que se celebró en 2010 en Baracaldo, las pitadas también han sido habituales.

La expectación por la presencia de los Reyes hoy en el estadio Santiago Bernabéu no sólo se debe al «barómetro» de la opinión pública según se pite o no. A pesar de que a finales de abril el Rey acudió a la vuelta de las semifinales de la «Champions League» entre el Madrid y el Borussia Dortmund, ésta fue una decisión que el Jefe del Estado tomó en el último momento, ya que la Casa del Rey fijó para la final de Copa su primera aparición pública fuera de Zarzuela, tras someterse a una operación de doble hernia discal a principios de marzo.

Fue la primera vez que los españoles pudieron verle fuera de los muros del Palacio, donde el Jefe de Estado continúa sometido a un exhaustivo plan de rehabilitación para su recuperación. Si el traumatólogo que lo trató, Manuel de la Torre, estableció en un amplio margen, de dos a seis meses, el periodo necesario para ello, no hicieron falta dos para que Don Juan Carlos mantuviera su primera audiencia pública con el premio Cervantes, José Manuel Caballero Bonald. En esta cita institucional y en las sucesivas se ha podido percibir la notable mejoría del Monarca: menos hinchado, más delgado y saludable. Pero la postura más rotunda ha sido la anímica. Si en el primer encuentro público con Bonald el Rey aseguró estar dispuesto a «dar guerra», en todos los actos ha hecho gala de su famoso sentido del humor, pero sin dejar de lado el mensaje que quiere transmitir en todo momento. En la última audiencia con el ministro kazajo de Asuntos Exteriores, Erlan Idrissov, se volvió a los fotógrafos: «A ver si un día me veis corriendo por ahí». Porque, pese a todas las especulaciones sobre su abdicación, la renuncia a la Corona no entra en los planes inmediatos del Monarca. El próximo 1 de junio, día de las Fuerzas Armadas, retomará su agenda institucional, y se prevé que en verano retome el viaje a Marruecos que suspendió a raíz de su operación, al igual que el de Florida, donde también se desplazará en otoño, pero lo primero será hoy: a partir de las 21:30 en la final de Copa del Bernabéu.