Sevilla
Posesión, divino tesoro
El Sevilla de Sampaoli desafía al Barcelona con la intención de privarlo del balón para impedir que luzca su trío de delanteros
El Sevilla de Sampaoli desafía al Barcelona con la intención de privarlo del balón para impedir que luzca su trío de delanteros
El actual campeón visita esta noche (20:45, con arbitraje de Jaime Latre) el Sánchez Pizjuán, la casa del último aspirante a codearse con la aristocracia del fútbol nacional. En este duelo entre el Barcelona y el Sevilla, el tercero del curso después de las dos victorias catalanas en la Supercopa de España, hay una persona que pone en liza algo más que tres puntos. Jorge Sampaoli llegó para implantar un estilo que le permitiese al club andaluz competir por cuestiones (todavía) más lucidas de las que logró con su antecesor. La idea era crecer a través de la posesión y el toque. Por ahora, hay mejores resultados que juego pero el duelo frente al Barça constituye el mejor termómetro.
No suele un equipo del tamaño del culé perder dos partidos seguidos, de modo que, tras caer el martes ante el Manchester City, un segundo tropiezo hoy abriría la espita de la crisis. Pepe Castro, presidente del Sevilla, dijo en la antevíspera del choque: «No me creo las crisis del Barcelona». En parecida línea, se expresó ayer Sampaoli, quien tildó a su rival como «uno de los dos mejores equipos del mundo a pesar de sus últimos reveses». Llega con bajas el ogro, sí, pero con su terceto de delanteros en orden de combate, de modo que la consigna del técnico santafesino es «defender con la pelota», o sea, «intentar tener posesión para evitar que sus jugadores más adelantados desequilibren». La teoría no es infalible, ya que en la referida Supercopa agosteña tuvo el Sevilla más posesión pero cayó sin remisión.
Además, Sampaoli deberá renunciar a su esquema de tres centrales, ya que cuenta con las bajas de sus compatriotas Mercado y Pareja. Ha pensado en «un sistema de cuatro defensas» que por fuerza limitará la proyección ofensiva de Mariano y Escudero, fabulosos en sus últimas comparecencias. Kranevitter e Iborra pugnan, pues, por ser el acompañante de N’Zonzi en el 4-2-3-1 que el técnico sevillista opondrá a un rival que, a su juicio, «ya no se centra en la posesión y practica un fútbol más directo para los tres de arriba». Por eso, no tuvo ahogo en afirmar que se siente «más cercano» a Guardiola que a Luis Enrique, al que, sin embargo, también elogió.
Quien sí figura en la convocatoria es Samir Nasri, el mago marsellés redivivo este otoño a cuyo alrededor baila todo el Sevilla. Se lesionó hace una semana pero sus ganas de jugar han absorbido en tiempo récord la microrrotura fibrilar que padecía. «Lo vamos a esperar hasta última hora porque es fundamental. Si está, nos da un plus». Palabra de un entrenador que está rendido a su clase.
«Tendría que haber dos Balones de Oro cada año, uno para él y otro para el resto. Cuando quiere, provoca situaciones inmanejables para el rival. Es el mejor del mundo. No se puede comparar a nadie porque es incomparable. Su vigencia se ha mantenido con el tiempo». La opinión de Jorge Sampaoli sobre Leo Messi puede estar marcada por el paisanaje pero coincide con la de muchos otros analistas, ahora que se encara el mes de los premios. Para pararlo, el técnico sevillista recordó que con la selección Chile intentó «tener la pelota para que no le llegase, impedir que tuviese la participación decisiva que suele tener».
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