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Vuelve el fútbol

Una Liga sin estrellas

Arranca abocada a las estrecheces económicas y, por primera vez en 17 años, sin un súper crack. Sólo los 127 millones de Joao Félix en 2019 ya igualan toda la inversión de este verano

David Alaba
David AlabaDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Después de 16 años, 9 meses y 29 días, la Liga arrancará hoy sin ninguno de los dos gigantes que la han alimentado desde el debut de Messi en el campeonato. Aquel 16 de octubre de 2004 arrancaba una era que termina ahora y que se añade a la incertidumbre de los efectos económicos de la pandemia. El torneo se queda sin la gran locomotora que le quedaba y que fueron dos desde 2009 hasta 2018 cuando Cristiano respondía con un grito a cada gol de Leo. Eran otros tiempos para la Liga, que ahora debe aprender a vivir sin estrellas deslumbrantes y adaptarse a un nuevo orden mundial. Está a la cola de los grandes campeonatos europeos en lo que tiene que ver con el poderío económico. Inglaterra, Alemania, Francia e Italia están por delante, cuando en los últimos tiempos miraban con envidia cómo España iba comprando todos los grandes jugadores que aparecían en el horizonte. El Barcelona juntó a Messi, Neymar y Suárez en su delantera y el Madrid presumía de su BBC, con Bale, Benzema y Cristiano.

La realidad ahora es distinta y muy cruda, tanto que la gran preocupación de la mayoría de clubes es encontrar una fórmula para poder inscribir a los jugadores que han contratado y que no les caben por estar hasta el cuello en el límite salarial. Hay que mirar cada euro cuando en otros países los derrochan sin reparo. El City ha pagado más de cien millones por Grealish cuando ya tiene una de las plantillas más caras del planeta, y el Chelsea, campeón de Europa, va a superar esta cifra en el fichaje de Romelu Lukaku, porque tenía a Giroud y le parecía poco en la delantera. Y no sólo se rascan el bolsillo en la Premier para buscar gol, tampoco hay estrecheces en defensa. Por eso Varane va a jugar en Old Trafford y Koundé todavía puede acabar en Stamford Bridge, cuando en otros tiempos habría sido, sin duda, el recambio de Ramos en el Madrid. Pero los presupuestos están adelgazando y si te pasas, la báscula de LaLiga te castiga con su normativa financiera. Los clubes no están para muchos alardes en el mercado, así que se busca el coste 0, los intercambios o la ganga en caso de que el futbolista deseado esté a poco más de un año de terminar contrato.

El Real Madrid ha encontrado oro con Alaba, que terminaba en el Bayern y quería una experiencia en un grande de otro país. Fichar un jugador de ese nivel sin tener que pagar nada es todo un acierto y permite a los madridistas seguir teniendo la esperanza de que Florentino les haga felices sobre la bocina del cierre del mercado abriendo la hucha que lleva tiempo llenando por Mbappé.

Las comparaciones del gasto en fichajes de este verano con los anteriores no pueden ser más odiosas. A dos semanas del cierre se superan por poco los 100 millones de euros invertidos, cuando, sin ir más lejos, en el verano de 2019 sólo por Joao Felix el Atlético se dejó 127 millones; el Barcelona pagó 120 por Griezmann y el Madrid invirtió 110 en Hazard. Los tres se acercan a lo que los 20 equipos de Primera van a arriesgar para esta Liga en la que la tendencia es primero vender y luego ver qué se puede traer.

El ranking de contrataciones lo lidera el vigente campeón, que ha comprado a Rodrigo De Paul por 35 millones, un precio que en otra época sería de andar por casa. El Madrid todavía no se ha gastado nada, mientras que el Barcelona, después de darse cuenta de que no puede permitirse a Messi, se ha ¿reforzado? con Emerson, por el que pagará 9 millones. Sus demás caras nuevas llegan gratis y con un esfuerzo por parte de los jugadores en cuanto a cobrar menos que en los sitios donde estaban. El panorama permite al Atlético soñar fuertemente con revalidad su corona, porque mantiene el bloque del curso pasado y De Paul le va a dar mucho de lo que le gusta a Simeone en el centro del campo. Sueña con algún retoque para la delantera, que ayude al maltrecho físico de Luis Suárez a mantener el caudal goleador.

El Real Madrid afronta la vida sin Ramos bastante tranquilo porque Alaba tiene parecidos galones, también se atreve en ataque y es contundente atrás. Nada más llegar se ha puesto a los mandos y eso tranquiliza a Ancelotti, que volverá a confiar en el centro del campo de los veteranos Casemiro, Kroos y Modric, mientras intentará sacar lo máximo de la plantilla a la espera de un regalito en forma de galáctico.

El Barcelona es un enigma porque el terremoto Messi hace que todo sea impredecible, por mucho que Memphis Depay haya marcado tres goles en pretemporada. La clase media, con Villarreal y Sevilla como miembros destacados, también tiene su oportunidad de asaltar el poder haciendo bien las cosas y aprovechando la debilidad de los grandes. En tiempos de estrecheces hay que tirar de inteligencia, y estos dos clubes saben cómo. Con ustedes, la primera Liga en 17 temporadas sin Messi o Cristiano, esos activos de los que habla Tebas. Toca remar, lo de juntar estrellas es cosa de Inglaterra y París.