La Liga
Acuerdo con CVC: y en los próximos 50 años, ¿qué?
Extraña la premura por firmar en pleno agosto y el poco riesgo que asume el inversor
Decía Joan Laporta que no podía firmar un acuerdo que hipotecaba una parte de los derechos del Barcelona para el próximo medio siglo. Unas dudas que también asaltaron a Aitor Elizegui, presidente del Athletic, el otro equipo de Primera División que no quiso votar a favor del acuerdo con CVC. Demasiados años de compromiso para una inyección económica que para muchos es pan para hoy y hambre para mañana, porque las cantidades a repartir no solucionan el horizonte de los clubes a medio y largo plazo, porque además de no ser estratosféricas, el 70% se debe utilizar en infraestructuras, que no van a convertir a un club mediano en un trasatlántico. De los 10 millones que recibe el Elche, el barquito más pequeño de la actual Liga Santander, sólo el 15% puede ir a reducir deuda y otro tanto para inscribir jugadores, algo que sí necesitan ahora la mayoría, porque el torneo ya ha empezado y andan con el límite salarial a la altura del cuello. Por eso en su nota, el Athletic criticaba el momento de la firma del acuerdo y la premura para aprobarlo en las distintas instancias de la patronal. «Un 12 de agosto, a horas del inicio de la temporada, y alterando las reglas del mercado a 19 días de su cierre. Un proyecto estratégico a 50 años no debe ser prisionero de urgencias», decían los rojiblancos en el comunicado. Quejándose también de que estar saneados en cuanto al gasto de plantilla no sea una ventaja, porque ahora todos los demás tienen más margen para inscribir jugadores.
No comparten el carácter cortoplacista de la Liga en este asunto ni lo ventajoso que es el convenio para los inversores, que tienen beneficios muy pronto mientras los clubes asumen un compromiso para 50 temporadas. «CVC invierte 2.668 millones, sin riesgo evidente, los devolvemos íntegros en 40 años y obtiene unos ingresos adicionales muy relevantes. Recupera su inversión en 10 años y los clubes necesitamos 50 temporadas. Además de hipotecar algo nuestro, con una enorme rigidez en las obligaciones con los fondos y falta de flexibilidad para utilizarlos, renunciamos a unos ingresos de derechos audiovisuales sobre los que tenemos plena capacidad de gestión a día de hoy».
Se queja el Athletic de que no se hayan escuchado otras ofertas en busca de un ingreso que podría ser superior y duda si podrá mantenerse «la integridad de la competición».
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