Restringido

Suena el timbre: adiós

La Razón
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El Barça adelantó su Semana de Pasión y en apenas cuatro días ha sido expulsado de la «Champions» por el Atlético del Cholo y ha llorado en Granada, como Boabdil... Un equipo éste del Tata irregular, irreconocible, sin alma ni fe, capaz sólo de agitar su intensidad en el Camp Nou y en los duelos directos contra el Madrid, como en los viejos tiempos, cuando ganaba algunas batallas, pero perdía todas las guerras, naturalmente por culpa del oprobioso centralismo, ese histórico victimismo que ha vuelto...

- Neymar, desquiciado

El Barça tiró la Liga junto a la Alhambra y lo hizo en medio de un tsunami de escándalos arriba (en el palco) y abajo (una desintegración del vestuario que se veía venir desde la llegada de Neymar). El brasileño al menos lo intentó, pero está desquiciado, le pegan mucho, pero se tira más, insulta a rivales (Iturra), está lejos de su hábitat natural, la diversión, las sonrisas, el sambódromo... Lo de Messi casi es peor, desaparecido en combate, escondido, mirando sólo al Mundial con el rabillo del ojo. No es una utopía ese debate abierto en «El Chiringuito» acerca de si sería bueno vender al futbolista que más éxitos le ha dado al club, y construir otro proyecto sin él...

- «Okupas» fuera

Ya, ya sé que al Barça le queda una bala en la cartuchera, la final de Copa, donde, sin duda, los Messi, Iniesta, Xavi y compañía pueden volver a plantear partido abierto al gran enemigo blanco. Pero el problema trasciende de una hipotética conquista del título, va más allá de un resultado. Es evidente que el Barça está cerrando un ciclo, aunque la «gent blaugrana» puede ver en esto algo positivo: obligar a los «okupas» de la directiva a adelantar elecciones... Como dijo Zubizarreta en su despedida de jugador lloriqueando (otro Boabdil): «Suena el timbre, adiós».