Copa del Rey

Atlético de Madrid

Torres apaga la épica

El Atlético marcó antes del primer minuto de cada parte y acabó con el sueño del Madrid, que siempre lo intentó y tuvo carácter

Fernando Torres celebra uno de los goles que ayer le marcó al Real Madrid. El primero nada más empezar el encuentro y el segundo, al poco de comenzar la segunda mitad. Sus tantos desactivaron la ilusión del Bernabéu por remontar la eliminatoria
Fernando Torres celebra uno de los goles que ayer le marcó al Real Madrid. El primero nada más empezar el encuentro y el segundo, al poco de comenzar la segunda mitad. Sus tantos desactivaron la ilusión del Bernabéu por remontar la eliminatorialarazon

El ambiente era eléctrico. Dos horas antes, en Concha Espina, una de las calles que rodea el Bernabéu, la afición recibió al equipo con la fe que se ha ganado a lo largo de la historia. Antes de que empezase el choque, el estadio vibraba mientras se cantaban los nombres de los jugadores y se emocionó con el Balón de Oro de Cristiano Ronaldo. El ambiente era el que se había buscado, había algo de magia, había osados que se engancharon al sueño de la remontada.

Y al minuto de empezar ya no había nada.

Simeone trabaja y tiene a los hados de su lado, al menos esta temporada contra el Madrid. Todo indicaba que el titular iba a ser Mandzukic, porque el partido le requería, pero la fiebre hizo que jugara Torres. En su primera época en el Atlético, le costó un mundo marcar al rival de la capital. Sólo hizo un tanto y falló muchos. Ayer, en el primer balón que tocó, lo metió en la portería y enfrió todo lo que se había construido. Un minuto y la literatura del miedo escénico se podía quemar en la chimenea.

Ancelotti había pedido a sus futbolistas mucha calma, ya que el partido era muy largo y debió de pedirles que, por favor, nada de errores, que no hay peor rival para cometerlos que los rojiblancos. Pero los centrales del Madrid, ayer otra vez y tras varios partidos sin coincidir, Pepe y Ramos, se levantaron con el pie torcido. Fueron en gran parte responsables de que el Madrid nunca tuviera opciones de levantar el resultado de la ida. Y fallaron en los momentos más decisivos, antes de que se cumpliera el primer minuto de cada parte, antes de que hubiese tiempo de asustar al rival con fútbol. También la pareja de defensa más fiable puede fallar. A Pepe le faltó lo que nunca le falta: decisión en la jugada con Griezmann y el francés tuvo campo libre para decidir lo mejor para su equipo. Vio a Torres solo y le pasó la pelota por donde no esperaba Ramos. El canterano celebró de verdad su vuelta. En la segunda parte, otra vez, tendría la misma oportunidad y otra vez volvería a marcar. Sin hacer un partido especialmente brillante, noqueó al rival para felicidad de todos los aficionados atléticos, que no podían soñar con un mejor regreso para el futbolista que más quieren. Esté o no en su mejor forma, ya ha hecho dos tantos para que la memoria sentimental rojiblanca los guarde para siempre.

El Madrid no cambió de plan ni de fe. Fue admirable cómo el equipo de Ancelotti creyó hasta el final, pese al lastre de los goles que iba recibiendo. Fue emocionante ver el partido de Isco, apasionado y con talento. Sangre caliente y fútbol preciso, jugando hasta el final, cuando se iba perdiendo la esperanza en los minutos que caían. Si desde el principio se sabía que el choque iba a ser un ataque constante del Madrid contra el muro rival, el tanto a favor de los visitantes lo extremó. El Atlético vivió casi todos los minutos de la primera mitad en la línea de su área, dejando pasar el tiempo siempre que podía, intentando calmar la excitación de los locales. Los de Ancelotti se encontraron con el problema de siempre contra el Atlético: que no hay manera de hacerle un gol, que se dejan la vida en balones al área, rechaces, rebotes. La fe era casi ilimitada, los huecos inencontrables.

No se cansó el Madrid de sacar desde la esquina o de colgar balones, nunca dejó de creer Isco que podía encontrar un agujero por el centro de la defensa. Insistió e insistió el Madrid con el entusiasmo de un público que no iba a dejar de creer por un gol en contra. Había que hacer cuatro: pues se harían. Rendirse era la última opción. Oblak abrió un poco el túnel al saltar al aire en el saque de una falta y permitir otra vez un gol de Ramos. El Bernabéu se encendió. Cristiano tuvo una ocasión clara poco después, pero la salvó Mario. El Atlético se olvidó de jugar en el campo rival hasta los minutos finales de la primera parte, cuando sacó su primer córner.

En el descanso, en el Bernabéu aún se pensaba que se podía. Eran tres goles, cosas más difíciles se han visto en ese estadio. La actitud del equipo era irreprochable. Quizá el siguiente rebote saldría hacia la portería del Atlético y no hacia fuera como sucede siempre, quizá un gol rápido. El Madrid estaba empujando.

Pero empezó la segunda parte, Ramos se equivocó en un pase y se lo dio a Griezmann –qué futbolista– para que buscara a Torres.

Y al minuto, otra vez, no hubo nada.

Ficha técnica:

2 - Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Pepe (Varane, m.59), Sergio Ramos, Marcelo; Kroos, Isco, James (Jesé, m.72); Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema.

2 - Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Miranda, Godín, Siqueira; Koke, Mario Suárez, Tiago, Raúl García (Raúl Jiménez, m.81); Griezmann (Gabi, m.73) y Fernando Torres (Arda, m.57).

Goles: 0-1, m.1: Fernando Torres. 1-1, m.20: Ramos. 1-2, m.46: Fernando Torres. 2-2, m.54: Cristiano Ronaldo.

Árbitro: Mateu Lahoz (colegio valenciano). Amonestó a Ramos (56), Marcelo (83), Carvajal (86) e Isco (89) por el Real Madrid; y a Raúl García (28), Tiago (49) y Koke (84) por el Atlético de Madrid,

Incidencias: partido de vuelta de los octavos de final de Copa del Rey, disputado en el estadio Santiago Bernabéu, con la presencia de 84.500 espectadores.