Un clásico por descubrir

«Carácter» pidió Ancelotti. «Personalidad», insistió. «Fútbol», repitió, que no todos los partidos son iguales. Algunos exigen a los futbolistas y a los entrenadores mostrar de qué están hechos. Si dan la cara o no, si están llamados a liderar o no. Llega el primer clásico de la temporada y el primero para Neymar, para Martino, para Ancelotti... Y para Bale. Lo dijo ayer el entrenador italiano en inglés, después de haberlo repetido días antes en español: que el galés está para jugar desde el inicio. Fue titular contra el Villarreal, cuando marcó un gol. No lo ha sido más y llega al choque de hoy tras haber sido cuidado y protegido en el Madrid. Está en forma y no hay mejor sitio para demostrar su calidad que en campo enemigo. Para un partido importante, uno de los futbolistas más importantes.

Está por ver cómo sale el choque, cómo rinden en un encuentro los dos grandes fichajes de la temporada en la Liga española y cómo lo afrontan dos técnicos que hasta ahora han ido probando, buscando hasta acertar con el equipo que quieren.

Sin convencer

El Barcelona empezó mejor. Las victorias ayudan a las transiciones porque esconden casi todos los debates. Han sido los dos últimos partidos los que han dejado dudas. «Llegamos bien. No ganamos a Osasuna o Milan, pero no bajamos nuestro nivel», dijo ayer Martino, que se enfrenta un rival que le va a medir definitivamente. Nadie desgastó a Guardiola más que el Madrid. Tata tiene que definir el equipo que quiere y con quien lo quiere. Si pretende ser más vertical que antes o apuesta por la paciencia. Y si Messi y Neymar rinden igual juntos que separados. A cambio del brasileño, quizá Martino sacrifique a uno sus futbolistas más trabajadores, como Pedro. O a la clase de Iniesta. «Siempre corro el riesgo de dejar a uno de los buenos fuera. En eso estoy más cerca de la injusticia que de la justicia», explicó.

El Real Madrid ha ganados sus dos últimos compromisos. «El momento es bueno para nosotros. Hemos mejorado mucho. Podemos hacerlo bien en este momento», dijo ayer Ancelotti. Ha encontrado estabilidad con un centro de campo de tres (Illarra-Khedira y Modric o Isco) y tres jugadores de ataque (Di María-Cristiano y un delantero). Ahí llega la duda: con Bale, Ancelotti tiene que modificar uno de los triángulos. Lo más cómodo hubiese sido cambiar hombre por hombre: colocar al galés en la posición del argentino. Pero sin Di María, el Madrid perdería a uno de sus futbolistas más en forma. No puede faltar. ¿Entonces, –le preguntaron ayer a Ancelotti–, estará alguno de los dos delanteros?: «No lo puedo decir», contestó, dispuesto a no revelar nada de la alineación. «En este momento Morata está mejor porque Benzema hizo un gran trabajo defensivo y el que no jugó está mejor. Pero esto no significa nada. No sólo el físico importa, también la experiencia y el carácter», había explicado antes.

O puede que no esté ninguno y Cristiano sea el jugador más adelantado. O puede que en vez de Modric o Isco, sea Di María quien se sitúe en el centro del campo. Es la única duda del Madrid. El resto está claro: «La idea es demostrar nuestras cualidades, intentar jugar y hacerlo lo mejor posible. La clave es tener el coraje y la personalidad para jugar al fútbol», dijo Ancelotti, que como Martino, como Neymar, como Bale, se presentan ante el mundo.