Atletismo
Mo Katir está en Tokio “como en casa” antes de su debut en los Juegos
La nueva sensación del atletismo debuta en el 5.000. Se ha adaptado bien al horario y al clima de Tokio. Gabi Lorente es su entrenador y todavía no vive de su deporte. Aquí explica cómo trabaja el fondista murciano
Gabi Lorente es el entrenador de Mohamed Katir, el hombre que ha impresionado al mundo del atletismo con sus marcas: 12:50.79 en 5.000 el pasado 10 de junio, 3:28.76 en 1.500 el 9 de julio y cuatro días después, 7:27.64 en 3.000. Todo récords nacionales, tiempos de un nivel extraordinario, lo que hace que, de repente, tenga encima todas las miradas para los Juegos de Tokio, donde sólo participará en el 5.000 (hoy a las 13:16 son las series). Gabi Lorente también dirige a Mariano García, el mediofondista que se cayó de la lucha olímpica por una apendicitis. Son dos atletas de élite, pero Gabi todavía no vive de lo suyo. Es muy joven. Tiene 31 años y hasta hace no demasiado también trabajaba en una panadería. «Antes era imposible vivir de esto y ahora te diría casi que tampoco me puedo dedicar plenamente. A día de hoy, no da para poder vivir. Aparte de mis dos atletas tengo un trabajo de atletismo en la UCAM Cartagena. No me da para una jornada de trabajo completa, pero he apostado por esto y ya está. Hay que arriesgar», afirma. «He hecho deporte siempre. Empecé a estudiar ciencias del deporte y el entrenador que tuve lo dejaba, yo estaba finalizando la carrera y me dijo: “Intenta continuar con esto”. Empecé poco a poco, pero vi cómo los atletas que tenía en ese momento estaban mejorando, y eso me llenaba. Y seguí formándome», recuerda.
Un día del pasado octubre recibió la llamada de Katir: quería trabajar con él. No le llamó un desconocido. «Al final Murcia es una comunidad muy pequeña y cuando hay una competición, de campo a través o de pista, nos juntamos prácticamente todos los atletas de la zona. Lo conozco desde niño, ya desde que era cadete de diferentes campeonatos de España. Y sobre todo a partir de juvenil empezó a conseguir muy buenos resultados», prosigue Gabi, que sólo se sorprende a medias de lo conseguido por su pupilo. «Desde el invierno empezó a hacer marcas muy buenas. Si te digo que esperaba que hiciera éstas mentiría, pero ponía la mano en el fuego en mayo por que iba a bajar de 13 en el 5.000 y de 3:30 en 1.500», admite.
También en este tiempo ha conocido la otra cara de la moneda. Sus números han hecho que los más incrédulos sospechen, sin pruebas, que hay gato encerrado, que quizá estaba haciendo trampas. Un peso más para un chico de sólo 23 años. «Críticas ha recibido hasta Rafa Nadal, siendo el más grande, aquellas barbaridades que hicieron los franceses. Él está muy tranquilo, pasa sus controles, seguramente más que ningún español estos últimos años. Tantas cosas salen que no puedes estar a todo, porque si no te descentras», explica Gabi.
El principal problema que podía haber en la nueva relación era la distancia. Katir llegó a España con cinco años. Su padre, marroquí, lo había hecho antes, en una patera. Viven en Mula y Gabi trabaja en Cartagena, de ahí que la comunicación por teléfono sea continua. «Le paso el plan de trabajo y lo comentamos para que lo tenga todo claro. Luego hay días que baja a Cartagena», cuenta Gabi Lorente. Su comunicación estos días también es a distancia. El técnico no ha viajado a Tokio y cada día se escriben por WhatsApp o hacen una videollamada. «Me dice que desde prácticamente el segundo o tercer día que llegó (viajó el 23 de julio), estaba durmiendo como si estuviera aquí en España, que se había adaptado bien al horario y al clima. Me dijo con estas palabras textuales que era “como si estuviera en su casa”, así que genial», reconoce Gabi. La conversación entre ambos es ya muy fluida pese a que Katir es una persona tímida. También con él al principio se cortaba, pero se ha ido soltando este atleta que a veces se refugia leyendo poesía, o incluso escribiéndola. Eso entre carrera y carrera. Entre entrenamiento y entrenamiento. «Tiene las ideas super claras y sabe que para llegar al alto nivel tiene que trabajar muy duro. Sus rutinas las lleva muy al pie: se levanta temprano, entrena, desayuna, descansa antes de salir a entrenar otra vez... Todo lo tiene mecanizado, se está dedicando a entrenar, comer y descansar», dice su entrenador, que le ve margen de mejora, sobre todo «en el trabajo de fuerza». «Ahí es donde va a ganar más, y eso implicará que mejorará la técnica de carrera y le llevará a poder ir a ritmos más altos. Sólo tiene 23 años, su límite no está aquí», opina Lorente. Los cambios serán después. Ahora en Tokio está ya «ansioso» por estrenarse en unos Juegos sin miedo a kenianos, etíopes o los ugandeses Chepteguei o Kiplimo, los grandes favoritos, con los que ya se ha batido más de una vez.
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