Fútbol
La historia que hay detrás de Bryan Gil, el crack de la sub-19
El joven futbolista del Sevilla es uno de los baluartes de la selección y eso que "nunca pensamos en apuntarlo al fútbol", dice su madre
Bryan Gil está siendo uno de los jugadores más destacados de la selección española sub-19. El natural de Barbate se ha convertido en una de las piezas indiscutibles en el combinado que dirige Santi Denia y esta tarde, frente a Francia, será titular en la semifinal del Europeo sub-19. «Desde el sábado ya estamos nerviosos esperando a que llegue el partido», confiesan los familiares del barbateño.
El «peque», como lo llaman cariñosamente en el vestuario, es el futbolista más joven del grupo, se ha ganado un hueco en el once de España gracias a su desparpajo, velocidad y desbordes. «Y eso que de pequeño nunca pensamos en apuntarlo al fútbol», cuenta entre risas Raquel Salvatierra, madre del extremo sevillista. «Él siempre jugaba en la calle con niños mucho mayores que él. Me acuerdo de que un hombre que pasaba el rato viendo cómo los niños se divertían dando balonazos me dijo: “Chiquilla por qué no apuntas a este niño al fútbol que juega muy bien. Además es zurdo, se mueve rápido y tiene mucha picardía”», recuerda. «Siempre que me lo encuentro me dice “menos mal que lo apuntaste”», señala Raquel.
Con seis años Bryan entró a formar parte de la escuela de fútbol del Barbate porque «para que estuviese en la calle, mejor que jugara en el polideportivo». Pocos entrenamientos bastaron para que los dirigentes del club gaditano se dieran cuenta de que aquel niño menudito y con melena tenía algo especial. «Él empezó a andar con un balón en las manos. Le quitabas la pelota y se sentaba. Es más, hasta que cumplió los seis años estuvo durmiendo con una pelota en los pies de la cama», cuenta la madre del futbolista.
La calidad de Bryan, que siempre ha jugado en una categoría por encima de la que le correspondía por su edad, era patente y el Sevilla no tardó en llamar a su puerta. Con nueve años fichó por el club hispalense. «Al principio fue muy duro porque durante cuatro años estuvimos dando viajes a Sevilla cuatro días a la semana. Bryan tenía que salirse antes del colegio porque si no, no llegábamos a la hora del entrenamiento» Y apunta: «se comía cualquier cosa en el coche y como volvíamos tarde a casa, al día siguiente se levantaba dos horas antes de entrar a clase para estudiar y hacer los deberes». Pero al final, todo ese esfuerzo y horas de tanto sacrificio han tenido su recompensa y hoy esa familia de origen muy humilde que lo apostó todo por su hijo está viviendo un sueño. «Si no te digo un cien por cien te diría que la vida nos ha cambiado un ochenta por ciento. Bryan es muy humilde y siempre dice que todo lo suyo es también de sus padres», señala orgullosa Raquel. Tanto es así que cuando Bryan entró a formar parte del primer equipo del Sevilla lo primero que hizo fue llevarse a sus padres y a su hermano a vivir con él.
Ahora, desde Barbate, todos siguen muy de cerca los pasos del primer futbolista nacido en el siglo XXI que consiguió anotar un gol en Liga y que ahora despunta en Armenia. «Cada vez que juega España mi casa es una fiesta. El que más lo vive es mi hijo pequeño. Es el fan número uno de su hermano y junto a Bryan está viviendo un sueño. Ha pasado de esperar para echarse fotos con los jugadores del Sevilla a ver cómo su hermano sale al lado de los cracks del equipo», cuenta orgullosa una madre que ve cómo su hijo ha cumplido el sueño de cualquier niño que quiere ser futbolista. Aunque todo esté yendo demasiado rápido, Bryan tiene los pies en el suelo y ya cuenta los días para ponerse a las órdenes de Julen Lopetegui, que cuenta con él para su proyecto.A Raquel le dan miedo los aviones, pero como España se meta en la final del Europeo «me cojo un vuelo de cabeza».
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