Real Madrid
La rutina de vivir en semifinales
El Madrid se metió por octavo año seguido entre los cuatro mejores. Una racha que empezó tras seis cursos cayendo en octavos.
El Madrid se metió por octavo año seguido entre los cuatro mejores. Una racha que empezó tras seis cursos cayendo en octavos.
«Esto es lo normal». De esta forma acabó Mourinho con un problema que se había convertido en complejo para el Real Madrid. Los blancos llevaban seis temporadas seguidas cayendo en octavos y no había forma de salir de ese laberinto. No importaba el nombre del rival ni que el Madrid partiera como favorito, en la primera ronda eliminatoria se acababa Europa. Con Mou cayó el Olympique de Lyon, una de las bestias negras en esa mala racha y todo el madridismo respiró. El portugués se sentó en la sala de prensa y resumió el exorcismo en cuatro palabras. Eso era lo normal para un club tan grande en la Champions y con él llegó esa normalidad que ya dura ocho años. Porque el Real Madrid pasó de la hambruna a la exuberancia en el continente. Desde entonces son ocho semifinales consecutivas las que han jugado los blancos, con cuatro entrenadores y tres títulos en este periodo. Mourinho fue el que lo empezó todo, y es el único, junto a Benítez, lógicamente, que no ha levantado el trofeo de blanco. Sacó al equipo de ese bucle negativo y lo llevó hasta las puertas de la final, de la que no encontró el camino. Ancelotti y Zidane, sí y se llevaron el título, el francés por duplicado.
Con Mou el Madrid aprendió a convivir otra vez siempre entre los mejores y el proceso se culminó después con la infalibilidad en las finales. Para jugarlas y ganarlas había que estar cerca de ellas y eso es lo que lleva mucho tiempo haciendo el Real Madrid. Es su competición y juegan sabiéndolo tanto ellos como los rivales. Por octava vez consecutiva estará la bola de los blancos en el sorteo de semis en Nyon, aunque la forma no sea la que se había esperado después del resultado de la ida. Tuvieron que sufrir los de Zidane e incluso bordearon una prórroga que sólo evitaron en el tiempo de descuento. Pero los blancos son la Champions, se sienten cómodos y saben manejar las situaciones. Así ha sido en las últimas ocho temporadas, donde nunca han faltado a la cita con los cuatro mejores del continente. Y no sólo en aquellos años en los que algunos criticaban la excesiva suerte madridista con los rivales, también en cursos como el anterior, en el que tuvo que eliminar al poderoso Bayern para plantarse en la penúltima ronda.
Ayer, todo se complicó para los de Zizou, en uno de esos días en los que no sale nada, pero supieron aguantar de pie a la espera de una oportunidad, de la aparición de Cristiano que nunca deja de pelear. Dejó de cabeza el balón a Lucas para el claro penalti de Benatia y después aguantó la presión varios minutos antes de poder lanzar. CR no faltó a su cita con el gol y sigue sumando, como el equipo, semifinales.
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