Motociclismo
Las cosquillas de Viñales
«Si Márquez me las busca, no las encontrará», dijo Maverick tras un toque entre ambos. Octava «pole» consecutiva de Marc en Alemania
«Si Márquez me las busca, no las encontrará», dijo Maverick tras un toque entre ambos. Octava «pole» consecutiva de Marc en Alemania.
Los once puntos que separan en la clasificación general a los candidatos al título es un margen demasiado pequeño como para que no aparezcan los encontronazos. Ayer en la Q2 la temperatura subió entre Márquez y Maverick y, aunque sólo fue una pequeña chispa, sí que sirve para confirmar que la tensión existe. «Ahora tengo claro dónde están los límites», decía Viñales, que no quería calentarse, pero tampoco pudo evitarlo. «Si me busca las cosquillas no me las va a encontrar», insistía, aunque habrá que ver cuánto se las busca Marc y cuánto es capaz él de mantenerse frío y no responder.
Estaban en marcha los quince minutos en los que se deciden las diez primeras posiciones de parrilla y, de repente, se vio a Maverick haciendo gestos de reprobación. La causa de los aspavientos es que el de Honda había tocado al de Yamaha en un acción que Viñales no esperaba ni le encontraba explicación. «No sé si él se ha frenado o no en el primer sector, pero yo he visto que tenía la oportunidad de adelantarle y quería seguir a Cal (Crutchlow) para hacer una vuelta rápida. Cuando he entrado en la curva dos le he pasado, y luego él, al salir, ha frenado con mi moto; no ha ido a hacer la curva, ha ido a frenar conmigo. No sé qué decir. No pasa nada. Cosas de la calificación», explicaba el líder de la general hasta el fin de semana pasado.
Al acabar la sesión, se encontraron en la zona en la que se ensayan las salidas y el de azul le pidió cuentas. Márquez le hacía con los dedos índice y pulgar el gesto de que había sido muy poca cosa lo sucedido... el ruido de los motores hizo que la conversación quedara ahí. «Es algo que me guardo en el bolsillo por si alguna vez tengo que utilizarlo. Es difícil no hacerlo a conciencia, pero no pasa nada. No es que me lo apunte...», avisaba Viñales, preocupado por el mal rendimiento de las Yamaha en agua. Volvió a llover y no se sabe si lo hará hoy, así que es difícil hacer un pronóstico. «Un fin de semana eres un fenómeno y al siguiente, un desastre», resumía Rossi, noveno en parrilla después de ganar en Holanda.
Tanto en seco como en mojado, Márquez es el que tiene mejor ritmo y más velocidad a una vuelta. Sachsenring y Texas no están cerca ni se parecen en nada más que en tener circuitos en los que Marc es invencible. Siete veces seguidas ha ganado en Alemania y con la de ayer son ocho «poles» también de una tacada. El escenario ideal para conseguir su segunda victoria del curso y quizá alcanzar el liderato. «Le he pedido disculpas y he visto que seguía enfadado. En caliente se dicen muchas cosas, pero los dos buscamos lo mismo: ganar el Mundial», explicaba Marc dando con la clave. Hay muy pocos puntos entre ambos, llega el parón de mitad de curso por las vacaciones y Márquez vuelve a tener la iniciativa. El siguiente giro de guión, hoy en Sachsenring.
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