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Maverick Viñales: «Cada día me digo: es la moto, no eres tú»

El Mundial se estrena este fin de semana en Tailandia. Yamaha ya suma 23 carreras sin ganar.

Maverick Viñales: «Cada día me digo: es la moto, no eres tú»
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El Mundial se estrena este fin de semana en Tailandia. Yamaha ya suma 23 carreras sin ganar.

Maverick Viñales (Figueras, 1995) contesta mientras juguetea con las llaves de su scooter. El llavero es del equipo Movistar Yamaha, inmerso en una racha de 23 carreras consecutivas sin ganar. Una crisis de más de año y medio y a la que «Mack» no es capaz de encontrar una explicación. Él es el de siempre, pero la moto no va. La esperanza es que en la gira por Asia, que empieza este fin de semana en Tailandia, se produzca un milagro.

¿Qué sucede en Yamaha?

Nadie lo sabe, deberían preguntarle a la fábrica en vez de a mí. Yo puedo tener la explicación de lo que le pasa a la moto, pero la solución no la tengo.

¿Sabe cuánto tiempo ha pasado desde su última victoria?

Como mínimo un año y medio.

Un año y 4 meses. Si se lo llegan a decir aquel 21 de mayo de 2017...

Hubiera respondido que tendrían que haber cambiado mucho las cosas, porque la moto funcionaba perfectamente.

¿A veces piensa que todo es una pesadilla?

Lo que intento es dar lo mejor de mí cuando va bien y cuando va mal. Nada más. No le doy muchas vueltas, porque no está en mis manos. Yo puedo salir a la pista, hacer un buen tiempo, estar delante... Todo lo demás recae en Yamaha.

¿Cómo se lleva ver que los otros ganan y usted no?

Me motiva para seguir trabajando. Quizás en el pasado me hubiera rendido y hubiera dejado pasar la temporada, pero ahora quiero ganar una carrera este año y trabajo duro para ello.

¿Siente que está perdiendo un tiempo muy valioso?

Por supuesto, siento que estoy perdiendo el tiempo, un año en el que podía haber luchado por el campeonato. Quizás es un proceso de aprendizaje por el que tengo que pasar.

Mirando los números, es su peor curso en MotoGP desde el primero con Suzuki...

Sí, yo los miré el otro día y es extraño, porque me siento a un nivel mental y físico muy superior al de años anteriores: con más experiencia, asimilando bien las cosas. Cuando la moto va, estoy para ganar. Mientras tenga esto claro en mi cabeza...

¿Cómo es posible que le pase esto a Yamaha?

No tengo la explicación. Llevo así un año y medio y no se sabe el porqué. Habrá que poner más empeño y entusiasmo.

¿Se llega a dudar de uno mismo cuando no hay salida?

Por supuesto que se llega a pensar. Y ahí está la fuerza mental. Yo cada día me digo: Es la moto, no eres tú, es lo que hay. Trabajo para que si la moto no está al máximo yo sí lo esté.

¿Le da envidia Ducati?

Envidia no me da. Es una motivación. Ducati también sufrió bastante hace años y ahora han construido una buena moto.

Podría estar peleando el Mundial con ellos y Marc...

Seguro. Mi nivel es para estar entre los tres primeros.

¿El Maverick impulsivo de juventud qué hubiese hecho?

Ni idea. Quizá lo del año pasado me ha hecho estar más cuerdo ahora. Lo que me queda es la fortaleza mental, cuando va mal toca picar piedra.

¿En qué momento vital está?

He tenido que madurar rápido. Tengo 23 años, pero me siento como con 18. Tengo la cabeza amueblada, la disciplina que le pongo al entrenamiento es máxima y vivo para ello. Sigo haciendo el mismo método de trabajo que me llevó a liderar el Mundial. El camino es el correcto, sólo hay que encontrarle el punto a la moto.

Cuando las cosas no salen, ¿le da más duro a la bicicleta?

No, tengo mi plan de entrenamientos. Cuando me quito el casco intento apartar los resultados. Igual al día siguiente la moto funciona y no había de qué preocuparse.

Es un loco del ciclismo...

Diría que es mi segunda pasión, me encanta, me relaja y me lo paso bien con mis amigos. Hay fines de semana que programo cinco horas de ruta, comemos por ahí, me divierto mucho...

¿Ha tenido mala suerte?

La buena y la mala suerte se crean. Si estoy así es porque quizá no tomé una decisión acertada en el pasado.

¿A quién escucha ahora?

A mi corazón y me dice tranquilidad. Es lo que me va a venir mejor. Sé dónde estoy y mientras lo sepa estaré tranquilo.