F.C. Barcelona
Messi contra su víctima predilecta
El astro barcelonista suele golpear al Sevilla, el rival al que más goles le ha hecho, excepto una noche en la que se topó con Javi Varas
El astro barcelonista suele golpear al Sevilla, el rival al que más goles le ha hecho, excepto una noche en la que se topó con Javi Varas.
El Barça y el Sevilla se miden en el Nou Camp envueltos en idéntica problemática. De la mano de entrenadores nuevos, Ernesto Valverde y Toto Berizzo, ambos presentan hasta el momento un honorable balance contable; pero su juego desprende sensaciones inquietantes. Líder destacado el uno y con la clasificación en Champions amarrada, el otro habita la zona europea y depende de sí mismo para estar en los octavos de final de la primera competición continental. Cada uno en su nivel, todo iría bien si esto no fuese, además de una competición de élite, un espectáculo en el que de vez en cuando conviene contentar a la clientela.
Berizzo admitía la «dificultad» de «enfrentarse a un grandísimo rival en su estadio», pero advertía: «Tenemos armas para ganar». Lo que, vistos los precedentes inmediatos, anonadó a la mitad roja de Sevilla y provocó la risa floja en la parte verde. Porque las estadísticas de los sevillistas en el feudo culé son, en verdad, desoladoras: doce derrotas en las trece últimas visitas ligueras y sólo un triunfo, en la temporada 2002-03, en lo que va de siglo, además de dos empates: el de la campaña 2003-04, en un encuentro jugado de madrugada por una chulería de Joan Laporta, y el de la novena jornada de la Liga 2011-12, hace justo seis años.
Javi Varas, jugador hoy del Granada y portero del Sevilla aquella noche, fue el responsable de esa pequeña gesta. Él era poco menos que un especialista en el Camp Nou, donde le tocó jugar tres veces por las defecciones de Andrés Palop, el titular durante toda su etapa en el primer plantel sevillista. Varas recuerda: «La primera vez que jugué allí me metieron cinco y la segunda, tres». Y a la tercera, el empate. Antes del minuto 90, cuando el árbitro señaló un penalti contra el Sevilla, ya había realizado una actuación portentosa, «seguramente uno de mis partidos más completos. Los hubo mejores, pero sin la repercusión mediática de aquél». En efecto, el duelo ganado a Leo Messi lo encumbró: «Me acuerdo de que le dije a Jesús Navas que se pusiera a la derecha porque lo iba a parar por ese lado. Pensaba que optaría por un golpeo de seguridad, por cómo estaba el partido, y lo paré. Si no fuera por ese penalti, nadie se acordaría de mi actuación en aquel partido, pero fue bastante buena en general».
El final del encuentro fue tumultuoso. Tanto, que un personaje tan flemático como Kanouté fue expulsado por agredir a Sergio Busquets y, tal vez por eso, Messi no le «dijo nada» a Javi Varas tras el choque; aunque «después, hemos mantenido un trato bastante bueno». El hijo del portero, en efecto, «es fan total de Leo» y tiene una camiseta de su ídolo que consiguió «a través de Rakitic», su excompañero en el Sevilla.
El choque de esta noche lo vivirá Javi Varas como cualquier sevillista, sabiendo por experiencia propia que su equipo «está capacitado para dejar la portería a cero en cualquier campo, pero allí es complicado». Sobre todo por la especial ojeriza que parece tener Messi al Sevilla. El mejor futbolista del mundo ha hecho de los hispalenses su víctima favorita: le ha metido veintinueve goles en treinta enfrentamientos oficiales. Dos más que al Atlético y cinco más que al Valencia y al Real Madrid. Frente al Sevilla, además, batió el rosarino el récord histórico de goles en la Liga que ostentaba Zarra desde mediada la década de los cincuenta, 253 dianas que superó con un «hat-trick» hace ahora justo tres años.
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