Atlético de Madrid
Morata se queda a medias
El VAR evitó que celebrara el primer gol como madridista. Su alegría por el tanto que no fue despejó las dudas sobre su sentimiento al enfrentarse al Real Madrid
El VAR evitó que celebrara el primer gol como madridista. Su alegría por el tanto que no fue despejó las dudas sobre su sentimiento al enfrentarse al Real Madrid.
Morata marcó y echó a correr para celebrar su primer tanto como rojiblanco. Era el gol de su vida, un balón que llegaba desde lejos y se durmió en su pie y un remate por encima del interminable Courtois que se colaba en la portería ante la impotencia de Sergio Ramos. Había salido todo perfecto, hasta que la tecnología se empeñó en desmentirlo. Las consultas del árbitro le hicieron bajar los brazos con la celebración a medias. Era una celebración a media asta a la espera de lo que determinara la sala de vídeo. Y la decisión fue que le robaron la alegría de su vida. Por un pelo, por un dedo, por medio pie, por una distancia imperceptible, pero el gol no valía. Y Morata tenía que volver a empezar.
«Estamos acostumbrados a jugar con el VAR. Ya desde el Mundial se alteran la celebraciones de los goles o no se pueden disfrutar de la misma manera. Los jugadores creo que ya están preparados para eso», decía Simeone después del partido. «El VAR y el árbitro están para analizar este tipo de jugadas, no hay nada que decir», añadía Godín, el capitán rojiblanco.
Pero es difícil estar preparado para que el gol de tu vida no valga. Al menos esa celebración interrumpida le sirvió para que la afición, en su mayoría, despejara las pocas dudas que le quedaban sobre el compromiso del jugador. Cuando fue sustituido por Kalinic sólo se escuchó una ovación, la de los aficionados que ya quieren al delantero como uno de los suyos. Como lo que fue una vez de niño y ahora vuelve a ser de mayor.
Morata había tenido otra ocasión antes, pero su disparo con la izquierda se marchó desviado sin que Courtois tuviera que intervenir. Y en la primera parte había estado despierto para recuperar un mal pase de Vinicius y entregársela a Griezmann con rapidez, aunque la jugada terminara en otro disparo de Thomas sin puntería.
El nuevo delantero rojiblanco también fue protagonista de otra jugada polémica, un posible penalti que reclamaron algunos atléticos. «Para ser penalti tiene que ser mucho más. No es ni de lejos», aseguraba Casemiro, el otro intérprete de la jugada tras el encuentro.
Morata se fue sin marcar, pero con la sensación de que ha encontrado su sitio en el Atlético. La afición le demuestra su cariño y Simeone le ha dado la confianza que no ha tenido en toda la temporada Kalinic, el hombre que lo sustituyó en los últimos minutos de la segunda mitad. Su siguiente encuentro en el Metropolitano será contra la Juventus, otro de «sus» equipos. Otra oportunidad para demostrar que el Atlético ha encontrado el «9» que le faltaba. Morata seguirá intentándolo para que el grito de gol no se le ahogue en la garganta.
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