Como una estrella del rock

Cheste- 19:20 de la tarde del domingo 10 de noviembre. Hace casi cinco horas que acabó la carrera que coronó a Márquez como campeón del mundo, pero decenas de personas no pierden la esperanza junto a los camiones del equipo Honda Repsol. Quieren ver a Marc, tocarle y sus deseos se cumplen de repente. Su ídolo aparece subido en su «scooter» y ambos desaparecen engullidos por la marabunta de pósters, gorras y camisetas para firmar. «¡Tía, lo tengo, lo tengo!», dice una chica a su amiga mirando fijamente el teléfono móvil. Lo que tiene es la foto con Marc, que finalmente consigue acelerar camino de su «motorhome», donde le esperan el traje y la corbata para la gala de la FIM.

Así ha sido el fin de semana de Márquez en Cheste y así fue la mañana después de su título. Pasado el mediodía, apareció por el «paddock», cansado tras una larga celebración, pero listo para seguir correspondiendo a su popularidad. No pudo dar un paso sin que alguien le gritara «¡campeón!» y le pidiera una fotografía. Es el hombre, o el niño, del momento. Rossi mantiene el magnetismo y Lorenzo y Pedrosa cuentan con una legión de seguidores, pero Marc es lo más. Tiene el carisma de los elegidos y las grandes marcas ya esperan impacientes para convertirlo en su icono publicitario.