Motociclismo
Las ocho fracturas de De Angelis
La caravana del Mundial de MotoGP se va a Australia, pero De Angelis se queda en Japón tras su grave caída del pasado sábado. Permanecerá en el hospital Dokkyo, cercano a Motegi, donde mediado el entrenamiento libre número cuatro detuvo la respiración de todo el circuito. Las banderas rojas aparecieron sin que se supiese la causa del parón. Lo siguiente que se vio en las pantallas fue al piloto de San Marino tendido en el suelo junto a su maltrecha moto. No se ha hecho pública ni una imagen del accidente, así que viniendo de la competición mejor cubierta televisivamente, debía de ser «demasiado» espectacular como para recrearse.
Se sospecha que De Angelis chocó contra una de las protecciones y estuvo 17 segundos sin conocimiento. El resultado, ocho fracturas: cinco vértebras, dos costillas y la clavícula izquierda. Además de un golpe en el riñón y una conmoción cerebral acompañada de una hemorragia intracraneal descubierta después. Este hallazgo convirtió su estado en crítico y obligó a los médicos a inducirle el estado de coma. Ayer, las noticias eran un poco mejores, porque la hemorragia no había aumentado y la sedación se redujo, lo que permitía al piloto hablar y estar consciente y orientado. El golpe en los pulmones necesitaba de una nueva evaluación y las siguientes 48 horas serán básicas para ver cómo se desarrolla el problema en la cabeza y si es necesaria o no una intervención.
El sanmarinense, con 31 años, 16 temporadas en el Mundial y 262 carreras en todas las categorías, sufrió el domingo el peor accidente de su vida, demostrando que el riesgo no entiende de edad y experiencia. Alex es un clásico, un veterano que trataba de sacar partido a una Aprilia de categoría Open no demasiado competitiva. «Los pilotos lo que quieren es ganar y luchar por los podios. Yo aquí no puedo hacerlo, así que no descarto ir a Superbikes, donde sí podría estar delante», se lamentaba en el último Gran Premio de San Marino. «Con esta moto es imposible, incluso en mojado», insistía con cierto tono de resignación. La última de sus cuatro victorias fue en 2012 en Moto2, categoría en la que dos años antes también vio el peligro muy cerca. Él y Redding iban justo detrás de Tomizawa el día del fallecimiento del japonés, atropellado por las motos de ambos precisamente en San Marino.
De Angelis ya no es un recién llegado, pero mantiene la pasión por competir, aunque su límite esté en ser la primera Open o arañar algún punto en la general (lleva dos este año). Es el perfecto ejemplo de la pasión por la velocidad y lo difícil que es apartarse de ella, aunque pilotes una moto de hace tres temporadas.
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