Liga de Campeones

Real Sociedad - PSG (1-2): Cuando quiso Mbappé

Marcó los dos goles del PSG y decidió la eliminatoria con dos latigazos. La Real nunca se rindió y el gol de Merino sirvió para aliviar el golpe de la eliminación

Kylian Mbappe of Paris Saint-Germain in action during the UEFA Champions League match between Real Sociedad and Paris Saint-Germain at Reale Arena on March 5, 2024, in San Sebastian, Spain. AFP7 05/03/2024 ONLY FOR USE IN SPAIN
Real Sociedad v Paris Saint Germain PSG - UEFA Champions LeguaAFP7 vía Europa PressEuropa Press

No hace demasiados años las paredes del Parque de los Príncipes, el estadio donde juega el PSG, estaban decoradas con paneles en los que se veía la figura de Pauleta, aquel jugador que llegó a España de la mano del Salamanca de Pepe Hidalgo y que hizo carrera en el Dépor y en Francia. Nadie había marcado más goles que él con la camiseta del PSG hasta que el pasado del club quedó enterrado por los millones de Qatar.

Eran otros tiempos. Ahora el PSG piensa en grande. Al menos mientras tenga a Mbappé en el equipo. El francés quiere despedirse a lo grande del club y la Liga de Campeones es su única ambición. No quería que la eliminatoria se le hiciera larga a su equipo y decidió liquidarla con dos latigazos, uno al comienzo de cada parte, y evitar sufrimientos innecesarios a su equipo.

No hay un futbolista en el mundo que transmita la superioridad sobre sus rivales que transmite el francés. Da la sensación de que él solo es capaz de ganar los partidos y de que, además, puede decidir cuándo hacerlo. Al menos eso pareció en San Sebastián. La Real se había ilusionado con la posibilidad de la remontada, pero él ya la había alejado al cuarto de hora.

Zubeldia, probablemente el defensa más fiable de la Real, no supo qué hacer ante los amagos del francés. Engañó con el cuerpo y con la pelota para hacerse hueco y después sacó un disparo seco, con mucha tensión que Remiro no adivinó a detener.

No se movió el guardameta de la Real, que después detuvo con el pie otro disparo de Mbappé que iba ajustado al poste. El ataque del PSG empezaba y terminaba en él, capaz de echarse a la espalda un club entero y una aspiración histórica, la de ganar la Liga de Campeones.

De sus pies depende esa ilusión. Y, para no dejar nada suelto, a los diez minutos de la segunda parte volvió a marcar. Esta vez fue en una carrera en solitario. Arrancó desde el centro del campo a por un balón que le había mandado en profundidad Kang In Lee sin más horizonte que la portería y Remiro. Podía haber dado el balón a un compañero que llegaba por la derecha. Pero no miró. Sólo se fijó en el poste y en el pie del portero. Y al lado de la bota derecha de Remiro mandó el balón. A una distancia a la que resulta muy difícil reaccionar para los porteros. Era el segundo del PSG y el convencimiento de que no había otro final posible para la eliminatoria que la presencia del equipo francés en el sorteo de los cuartos de final.

Mbappé juega para la gloria y contra la historia. La que dice que los clubes franceses sólo han ganado una vez la Copa de Europa. Y fue con otro proyecto megalómano, el del polémico Bernard Tapié al mando del Marsella, el gran rival del club parisino.

Mientras Mbappé se empeñaba en esa lucha, la Real se esforzaba por hacer posible lo imposible. Pero sólo le dio para caer con la dignidad que le da al resultado el gol de Mikel Merino. Y con la decisión de no rendirse nunca.

No abandonó el partido ni la eliminatoria antes de tiempo la Real, que hizo que cuando Mbappé ya había acabado su trabajo fuera Donnarumma el que se hiciera notar. El portero del PSG tuvo mucha actividad en la última media hora del partido. Incluso el gol llegó después de un despeje suyo, pero ya no pudo evitar que el remate de Merino llegara a la portería. El equipo blanquiazul se animó más con la entrada de Barrenetxea y de Turrientes, que nada más pisar el césped generaron un gol anulado por fuera de juego.

Mientras, Mbappé siguió buscando su tercer gol. No le hizo falta. Ya marcó el primero en la ida, el que dio un golpe de realidad a la Real. Y en San Sebastián marcó otros dos para recordar que los tiempos de Pauleta quedan lejos para el PSG.