Ronaldo: «Estoy listo»

Descansar es un verbo que nunca ha tenido hueco en el vocabulario de Cristiano. Ya en la escuela del Sporting de Lisboa, a la que llegó de niño, se quedaba en el gimnasio cuando los demás se iban y retaba a sus compañeros a ver quién hacía más flexiones o abdominales en un minuto. Siempre ganaba Ronaldo, con ese espíritu competitivo que le «obliga» a jugar cada partido, sea el que sea, y a sumar goles y asistencias. El portugués anunció ayer en un acto promocional de su perfume (Legacy) lo que ya se sabía: que se acerca la fecha en la que vuelva a jugar después de dos meses de baja, su parón más largo desde que viste la camiseta del Real Madrid. «Sí, sí, estoy bien», dijo «CR7» cuando le preguntaron si iba a jugar unos minutos mañana frente a Osasuna. Zidane ha sido el primer entrenador en mucho tiempo que consigue frenar al portugués, siempre dispuesto a arriesgar por estar sobre el césped. El técnico habló con su estrella y le pidió un poco de paciencia, porque la temporada es larga y Zizou quiere que sus jugadores clave lleguen en plenitud a los momentos clave del curso.

El carisma de Zidane convenció a Ronaldo, que aceptó completar más de 30 días de vacaciones y regresar a los entrenamientos ya con el primer partido oficial disputado. No estuvo en la final de la Supercopa de Europa ni ha participado en los dos primeros partidos de Liga. Un gran sacrificio para «CR», que siempre quiere estar disponible. Esta vez ha decidido parar y recuperarse bien de la lesión que no le permitió completar los 120 minutos de la final de la Eurocopa de Francia. Ganó Portugal su primer título, pero el gol lo tuvo que celebrar el madridista desde el banquillo y con una bolsa de hielo en la rodilla izquierda. Aunque en un primer momento se pensó que podía ser peor, el parte médico confirmó un esguince del grado uno del ligamento lateral interno. Dos meses fuera para los mortales y, esta vez, también para Cristiano, que ha sabido ser paciente y esperar a recuperarse del todo.

Nunca había estado tanto tiempo fuera de las alineaciones desde que firmó por el Real Madrid. Van a ser dos meses completos, 62 días, desde la final de París. Un tiempo de ausencia desconocido para el luso, que nada más llegar al Bernabéu se pasó 56 días fuera por un edema óseo en el tobillo derecho después de una entrada de Diawara, central del Olympique de Marsella. Fue en la Liga de Campeones de 2009 y estuvo ausente desde el 30 de septiembre hasta el 25 de noviembre. Pellegrini siempre lamentó aquellas semanas sin Cristiano, convencido de que de haberlo tenido todo el año podría haber ganado la Liga y seguido en el cargo.

Son los dos periodos más largos en los que el portugués se ha visto obligado a parar. El siguiente en su ranking particular es el que le impidió disputar la final de la Copa del Rey de 2014 y la vuelta de cuartos de final de la Champions frente al Dortmund. Se produjo la lesión en el partido de ida frente a los alemanes y estuvo 21 días fuera. Volvió para las semifinales frente al Bayern, pero se vio forzado a detenerse de nuevo para poder jugar la final de Lisboa frente al Atlético, aunque no fuera al ciento por ciento. La culpa la tuvo la tendinitis rotuliana que arrastró la mayor parte del curso, a la que se unieron problemas musculares en el bíceps femoral.

Entonces, como otras muchas veces, Cristiano sí forzó para estar con el equipo, algo que ahora ha sabido evitar siguiendo los consejos de Zidane. Dos meses después, el «7» está listo para empezar su cuenta este curso. Osasuna y Sporting de Lisboa esperan.