Fórmula Uno

Sainz, ¿un rebelde en Ferrari?

Su conducción en Baréin y los errores de Leclerc plantean un escenario, desde este fin de semana en el circuito de Yeda, en el que la escudería italiana nunca se ha manejado bien

Carlos Sainz, en el "paddock" de Ferrari
Carlos Sainz, en el "paddock" de Arabia SaudíALI HAIDERAgencia EFE

El comienzo de la temporada 2024 en la F-1 está marcado por el anuncio del fichaje de Lewis Hamilton por Ferrari para 2025. A partir de ahí, todo ha empezado a girar alrededor de este movimiento cuya desenlace está lejos de acabar en breve. Esto ha significado que un volante de Mercedes quede libre y que empiecen las maniobras, ya sea de pilotos que acaban contrato como, incluso, de aquellos que lo tienen, como es el caso de Verstappen, que está envuelto en una batalla interna en Red Bull con mezcla de salseo, dinero, cotilleos y conspiraciones que prometen tener consecuencias. Entre todas esas piezas también está Carlos Sainz, que corre en una escudería con la que acaba contrato a final de año y que cambió de criterio en el último momento de su probable renovación cuando se metió por medio la opción de Lewis Hamilton. En Ferrari prefieren a Leclerc, pero cuidado porque en Italia quizá se cuestione antes de tiempo que la opción de continuar con Sainz era mejor que seguir con Charles Leclerc.

En el primer asalto de la temporada el español acabó tercero y lo hizo por ser mejor piloto que el monegasco. Sainz supo gestionar mejor un problema con los frenos que sufrieron sendos monoplazas rojos. Puede tratarse de algo puntual, pero en las tres temporadas que Sainz lleva en Ferrari en una de ellas terminó por delante de su compañero en el Mundial de pilotos y en las otras dos fue por delante durante buena parte del año y acabaron casi con el mismo balance de puntos. Es decir, hay máxima igualdad entre ambos salvo en el salario y en el trato preferencial que Vasseur, jefe del equipo, ha demostrado con Leclerc, que ya corrió con él en la GP2 y cuyos movimientos internos dieron con la llegada del suizo como responsable del equipo. Lo que no esperaba Leclerc es que, su opción, le traicionara fichando a Hamilton, que puede ganarle la batalla a poco que el coche funcione en 2025.

En el escenario actual, Ferrari se enfrenta a unas circunstancias en las que nunca ha navegado bien porque siempre, históricamente, ha huido de la igualdad de oportunidades para sus pilotos. Pero el madrileño, que ya no tiene presión (ni tampoco la presión extra que provoca ser piloto de Ferrari) ni nada que perder puede que a partir de ahora vaya a lo suyo sin obedecer órdenes de equipo o, al menos, cuestionando cualquier sugerencia de las muchas que se hacen por radio durante la temporada.

Este fin de semana en Arabia Saudí vuelve a tener una oportunidad. «En los últimos años en Yeda, desde que lo asfaltaron, el asfalto ha ido ganando muchísimo ‘‘grip’’; ahora es uno de los asfaltos con más agarre de la temporada, lo contrario a Baréin, que es uno de los asfaltos peores de la temporada porque está muy viejo ya de 20 años, y luego son curvas rapidísimas. Ahí es donde, por ejemplo, los McLaren irán muy rápido, Aston Martin también tiene buen coche en curva rápida, Red Bull va muy rápido en curva rápida y nosotros... era nuestro punto débil el año pasado. Si te acuerdas de Qatar, era donde peor íbamos, en las curvas rápidas es donde más sufríamos. Así que espero que el coche este año haya mejorado, pero a ver si es lo suficiente como para ser competitivos», afirmó Sainz antes de tener que abandonar el circuito por una indisposición. «Ahora iremos a circuitos donde este Ferrari irá mejor que en Baréin y a otros donde seguramente iremos peor, así que ahora hay que ver cómo se adapta el coche», apostilló Sainz.