Barcelona
David Ferrer: «Que la gente no espere otro Nadal»
A poco más de cuatro meses de la retirada, el ganador de 27 títulos de la ATP sólo pide disfrutar. Para empezar está disputando la Copa Hopman junto a Garbiñe Muguruza.
A poco más de cuatro meses de la retirada, el ganador de 27 títulos de la ATP sólo pide disfrutar. Para empezar está disputando la Copa Hopman junto a Garbiñe Muguruza.
El arranque de año de David Ferrer (2-4-1982, Jávea) es una cuenta atrás. El primer capítulo en la temporada de su adiós está siendo en la Copa Hopman junto a Garbiñe Muguruza. El torneo por naciones era una de las pocas cuentas pendientes de un jugador que hace menos de seis años fue el número tres del mundo. Luego llegarán Auckland, Buenos Aires, Acapulco y la despedida en casa con los torneos de Barcelona y Madrid. Después de más de 18 años como profesional, más de 1.100 partidos y «muchísimas» rutinas, «Ferru» pasó por Madrid como uno de los embajadores de Peugeot.
–Supongo que esta pretemporada no está siendo muy normal...
–No ha sido la habitual porque he estado con la familia, en Jávea, pero también he entrenado, he tenido compromisos, está la Academia y he visto partidos porque me sigue gustando el tenis.
–Cuando definió el calendario de despedida, ¿no se planteó irse en un «Grande»?
–No, me hizo ilusión acabar mi carrera en un «Grand Slam» con el partido en la central del US Open ante Rafa. A estas alturas no me hace ilusión jugar en la pista 19 de un «Grand Slam» y estar peleando con alguien que no tiene repercusión.
–¿Por qué decidió que era el momento de dejarlo?
–Hay un momento en el que ves que ya no ganas partidos que estabas acostumbrado a ganar o que no puedes jugar los torneos que te gustaría. Ahí ves que es un buen momento para abrir una nueva etapa.
–¿Tiene claro qué hará a partir de mayo después del adiós en el Madrid Arena?
–Pues no. Me he centrado tanto en la despedida y en lo que viene en estos primeros meses que no he pensado en nada concreto. Ahora lo que quiero es disfrutar de este tiempo que me queda y luego quiero seguir vinculado al mundo del tenis, pero también quiero probar cosas diferentes... Lo que tengo claro es que quiero formarme bien y no coger lo primero que me venga.
–¿Esa formación va encaminada a ejercer como técnico o ser capitán de la Davis?
–Sí porque me encantan el tenis y la enseñanza, pero lo de la Copa Davis lo veo como algo muy lejano porque antes habrá otros jugadores que pueden ejercer la capitanía como Juan Carlos Ferrero.
–¿Cómo valora la nueva Davis?
–Hacerlo en una semana es un buen proyecto de futuro, aunque en las primeras ediciones pueda ser complicado, pero yo creo que va a funcionar. El principal problema ahora es la fecha. Los jugadores que pueden compiten en París-Berçy y luego ya están de vacaciones y eso deja un par de semanas colgadas, pero es que no cabía otra fecha. Por ese lado puedo entender las críticas que hay, pero por lo demás estoy seguro de que tiene futuro.
–¿Cómo valora el haber coincidido en el tiempo con tres de los mejores jugadores de la historia como Federer, Nadal y Djokovic?
–Ha sido una suerte porque ellos me han hecho mejor jugador y estoy seguro de que ellos no pueden decir lo mismo de mí. Haber sido número tres del mundo con ellos enfrente da mayor valor todavía a mi carrera.
–¿Quién ha sido el rival más complicado?
–Federer, sin duda. No me dejaba jugar. Lo bueno es que antes cuando me cruzaba con él sabía que estaba en las rondas finales de cualquier torneo.
–¿Hay alternativas en el circuito a los más grandes?
–Está Zverev, que es un crío, pero ya es una realidad. También están Thiem, Tsitsipas... Vienen muy buenos jugadores, gente con mucho talento, pero que la gente en España no espere otro Nadal.
–Con más de 1.000 partidos, ¿se queda con alguno?
–Me quedo con el día que gané a Juan Martín del Potro en la Davis en Sevilla. Y también con los compañeros de equipo como Feliciano, Verdasco, Rafa...
–Fue uno de los primeros jugadores que recurrió a un psicólogo, ¿qué le aportó?
–Fue un psicólogo personal y me ayudó a conocerme mejor, a saber que no se puede ser perfecto siempre y que no es ningún drama. El año 2016 fue el más complicado porque me pudo la presión después de estar tantos años arriba. Es algo que te agota mentalmente, pero aprendí a ser más positivo y a valorar mucho más lo que había hecho. Ojalá hubiera tenido un psicólogo antes, pero más que nada por afrontar el día a día en positivo, porque si estás bien personalmente, te ayuda a estar bien profesionalmente.
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