Tenis

El impotente mensaje de Carlos Alcaraz a su equipo en medio del partido contra Sinner

El tenista español ha empezado ganando la final de Wimbledon, pero su rival le ha dado la vuelta

Wimbledon (United Kingdom), 13/07/2025.- Carlos Alcaraz of Spain reacts during the Men's Singles final match against Jannik Sinner of Italy at the Wimbledon Championships, Wimbledon, Britain, 13 July 2025. (Tenis, Italia, España, Reino Unido) EFE/EPA/NEIL HALL EDITORIAL USE ONLY
Carlo Alcaraz está sufriendo contra Sinner en WimbledonNEIL HALLAgencia EFE

A veces, en medio del estruendo de una final de Grand Slam, lo más revelador no es un winner ni un break point salvado. Es una frase dicha al pasar, casi en un susurro, entre toalla y trago de agua, con la mirada perdida en el césped impecable de la pista central. Así ocurrió al final del tercer set de esta final de Wimbledon, cuando Carlos Alcaraz, tras ceder por segunda vez consecutiva una manga, se dirigió a su equipo con una frase seca, desnuda: “Desde el fondo de la pista es mejor que yo”.

La confesión de un campeón nunca es una rendición. A menudo, es el principio de la remontada. Pero hasta ahora, lo cierto es que Alcaraz está siendo superado por un Jannik Sinner imperial. El marcador lo dice claro: 4-6, 6-4, 6-4 para el italiano, que ha sabido reponerse con temple después de un arranque deslucido y que ahora domina no solo en los números, sino en sensaciones, presencia y claridad de ideas.

Y es que el partido no empezó así. Todo lo contrario. El primer set fue puro Alcaraz: eléctrico, resiliente, feroz en defensa y quirúrgico cuando se lanzaba al ataque. Sinner, que empezó con un break a favor y parecía listo para marcar territorio, se vio pronto envuelto en la tormenta perfecta del murciano. Carlos, fiel a su estilo combativo cerró la manga. Era un golpe de autoridad: el vigente campeón golpeaba primero y dejaba claro que no iba a entregar fácilmente su corona. Además, el público, como se vio por una peculiar bandera española, estaba de su lado.

Cambio de tercio en la final

Pero el guion dio un giro abrupto en el segundo set. Sinner, como si ese primer asalto lo hubiese despabilado, volvió con un plan más afilado. Limó errores, afinó su servicio y empezó a dominar desde la línea de fondo, obligando a Alcaraz a retroceder. El español, incómodo, sin la misma frescura en las piernas, empezó a fallar en situaciones que antes resolvía con naturalidad. Y lo más preocupante: ya no encontraba la forma de desbordar a su rival. El italiano se apuntó el segundo set con solvencia, y con él, el partido entró en una nueva dimensión: igualdad total, y un título de Grand Slam reducido a un duelo al mejor de tres.

El tercer set fue, quizá, el más revelador. Comenzó con ambos firmes al saque, como tanteando el terreno, sin querer ceder. Pero poco a poco, la balanza se fue inclinando hacia el lado de Sinner, no por un bajón abrupto de Alcaraz, sino por una asfixiante consistencia del italiano, que no se salía del libreto. En los intercambios largos, Sinner se imponía. En los momentos clave, jugaba con más convicción. Y aunque Alcaraz se mantenía en pie, daba la sensación de que cada juego era una cuesta más empinada.

El diagnóstico de Carlos Alcaraz

Eso hizo que el italiano se llevase el set por 6-4 y, de paso, pusiera un pie en la historia: está a solo una manga de conquistar su primer Wimbledon. Lo celebró con contención, pero sus ojos, fijos en el vacío, revelaban la magnitud del momento.

En el otro lado de la red, Alcaraz se fue a la silla cabizbajo, con el ceño fruncido. Respiró hondo, se secó el sudor, miró a su box y soltó la frase: “Desde el fondo de la pista es mejor que yo”. No era una excusa. Tampoco una queja. Era un diagnóstico. El reconocimiento de que ahora mismo, en este preciso instante de la final más prestigiosa del mundo, hay un jugador que lo está superando en el territorio donde él suele imponerse.