Cataluña

Trabajo para las vacaciones

Valencia cierra el curso 2018 en MotoGP. Un año en el que Márquez ha aumentado su dominio y las dudas de los rivales.

Emilio Alzamora lleva a Márquez al box tras su caída al comienzo de la Q2
Emilio Alzamora lleva a Márquez al box tras su caída al comienzo de la Q2larazon

Valencia cierra el curso 2018 en MotoGP. Un año en el que Márquez ha aumentado su dominio y las dudas de los rivales.

Llega el último día de curso en MotoGP y Márquez es el único que tiene una matrícula de honor en su hoja de notas. Su superioridad ha sido aplastante, tanto que cerró el título tres carreras antes del final y ha vuelto a llevarse el coche que regalan al mejor «poleman». Su reinado acumula ya siete títulos y esta dinastía parece capaz de extenderse mucho en el futuro. Cada vez mezcla mejor riesgo y regularidad y lo que la moto no le da lo pone él. El alumno modelo de MotoGP, un superdotado.

Dovizioso es, seguramente, una de las decepciones de la temporada a pesar de que sea el subcampeón. La realidad es que todo el mundo esperaba que fuese un enemigo más sólido para Marc tras un 2017 en el que se convirtió en un piloto top. La victoria en el arranque en Qatar hacía pensar en una dura batalla por el campeonato, aunque la realidad fue que la presión le pudo y cometió varios errores que él mismo calificó de imperdonables. Falló justo en aquello en lo que era un especialista y esos puntos perdidos en España, Francia y Cataluña hicieron que su rival pasase a ser su compañero de equipo, con el único premio de ser la mejor Ducati.

Rossi pasó un día complicado ayer, saldrá el dieciséis y está en peligro su tercer puesto en el Mundial. La condición de eterno se va poniendo en duda con el paso de los años. El tiempo no perdona ni a leyendas como él y este curso se han podido ver algunos signos de envejecimiento. Apunta a una temporada sin victorias, algo que sólo le sucedió en sus dos años negros con Ducati. Parecía que la sequía se podía romper en Malasia, pero la ilusión de sus seguidores acabó por los suelos cuando se avecinaba un mano a mano con Márquez. Anda más desanimado que de costumbre y la décima corona se adivina imposible.

La nota de Maverick también tiene que ser baja a la fuerza. La victoria en Australia endulza un poco este año y medio de darse cabezazos contra la misma pared. Se ha cambiado el número para volver a empezar y mirar sólo hacia adelante. En 2019 tendrá nuevo motor, nuevo «coach», nuevo jefe de mecánicos y hasta un dorsal distinto. Es el 12 que lucía cuando ganaba a Márquez, pero va a necesitar más que un recuerdo para luchar realmente por el título.

Lorenzo pasó a mitad de año del suspenso al aprobado y, de no ser por la última lesión, igual hubiera podido alcanzar el notable. La pieza en el depósito que le descansaba los brazos y una entrega de potencia más dulce de la Ducati le dieron tres «poles» y tres victorias, un tesoro que se lleva de su etapa en Italia.

Márquez se va de vacaciones con su dominio creciendo al mismo ritmo que las dudas de sus rivales, que tienen trabajo para las vacaciones.