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Las empresas sacan sus armas contra el coronavirus

Las compañías españolas, tanto las pequeñas y medianas como las multinacionales, han cambiado su producción o su logística para ayudar en la lucha contra la enfermedad

Imagen de la planta de producción de la empresa yeclana Fama Sofás, que está elaborando intensamente mascarillas
Imagen de la planta de producción de la empresa yeclana Fama Sofás, que está elaborando intensamente mascarillasLa Razón

«Un chico de aquí, de Yecla, Alfredo Ortuño, nos llamó y nos dijo que en el hospital estaban esperando un contenedor con mascarillas desde China, pero que no llegaba a tiempo. Se le pasó por la cabeza que podíamos hacerlas aquí y contactaron con empresas innovadoras. Fuimos al hospital y vimos la situación. Regresamos ya con un prototipo y nos lo validaron. Nosotros dimos ese primer paso, pero, desde entonces, hay multitud de compañías de la ciudad cortando y cosiendo mascarillas. Nos las piden desde lugares que ni se pueden imaginar». Es el testimonio de Félix López, gerente de Fama Sofás, una empresa que quizá haya fabricado el lugar desde el que usted lee este artículo, pero que no tiene las mascarillas entre sus productos. Sin embargo, han decidido elaborarlas para ayudar en la batalla contra el coronavirus.

Muchas son las empresas que han cambiado sus hábitos, su manera de trabajar, su producción, para apoyar en todo lo posible en la contención de la enfermedad. «En nuestro caso», explica López, «la fabricación no es un proceso muy complejo, solo nos hemos adaptado a los medios que tenemos, casi todo lo que nosotros ponemos a la venta está hecho por robots de cosido preparados para ajustarlos a los posibles cambios en el mercado». Ahora, los han configurado para hacer mascarillas. Fama Sofás demuestra que no hace falta ser una multinacional para ayudar, pues ya han elaborado más de 40.000 mascarillas que han sido distribuidas por hospitales y residencias de ancianos, así como entre personas que trabajan de cara al público...

De zapatos a mascarillas

Una empresa familiar de La Rioja, la marca de calzados Callaghan, ha continuado con su producción habitual, pero parte de ella la ha dedicado a fabricar mascarillas. Su director general, Basilio García Morón, cuenta que, el miércoles de la semana anterior, su hermano le dijo que podían hacer estos productos «con materiales que usamos para los zapatos, como los tejidos o los plásticos que cubren las puntas de los cordones para los elásticos».

El primer día hicieron 100. Las llevaron al centro de salud y allí sacaron fotos que publicaron en redes sociales, ellos también subieron contenidos y fue el momento en el que empezaron a llamarles para participar o para pedir mascarillas. Decidieron pasar a producir 1.000 al día, coordinándose con la Consejería de Salud de la Comunidad. «Todo ha sido muy rápido», manifiesta, «ahora estamos en el proceso de mejorar las características de las mascarillas». Para lograrlo, necesitan materiales que no usan normalmente para el calzado y que son más complejos, pero los proveedores los están cediendo de manera altruista. «Nadie cobra absolutamente nada», dice. Y añade que poseen una «unidad muy potente de impresión 3D y estamos trabajando con Sanidad para elaborar gafas y pantallas protectoras».

Los analistas consideran que uno de los defectos del tejido empresarial español es la excesiva presencia de las pymes (cerca del 99%), frente al número de grandes compañías. Sin embargo, en esta crisis estamos comprobando que en muchas ocasiones lo relevante no es el tamaño, sino el esfuerzo. El de las pymes está siendo heróico.

Está saliendo a la luz la enorme capacidad de adaptación que tienen las que cuenta con una tecnología dinámica, flexible ante distintas situaciones. Así que una lección aprendida de esta crisis es que la innovación favorece el que las pequeñas y medianas compañías puedan adecuarse a circunstancias excepcionales como las que atravesamos, y sumarse a la causa.

Pero las multinacionales, al fin y al cabo, son las que más rédito obtienen de la sociedad. Por lo tanto, son a las que más se les debe exigir cuando llegan crisis como ésta. Algunas han respondido. A las 11:37 de la mañana del lunes, aterrizó en el aeropuerto de Zaragoza un avión procedente de China con 1.300.000 mascarillas y 74.650 trajes de protección. Esta mercancía llevaba la firma de Inditex, el grupo textil liderado por Amancio Ortega que ha puesto a disposición del Gobierno toda su logística para que llegue el material necesario. Así, los viajes que normalmente hacen las prendas del grupo, ahora los harán las mascarillas y los trajes de protección.

Laboratorios

Ese mismo día, el lunes, 9.500 unidades de geles hidroalcohólicos e higinizantes salieron de la fábrica que Puig –dedicada a la moda y las fragancias– tiene en Vacarisses (Barcelona). La empresa ahora está produciendo este tipo de soluciones, a pesar de que no se encuentran en su oferta habitual. No obstante, contaban con las instalaciones necesarias para elaborarlos y no dudaron en modificar su rutina laboral para ayudar a proteger a la ciudadanía.

Hay un buen número de compañías que, como Puig, trabajan con fragancias, con cosméticos o con artículos de limpieza, que poseen la capacidad para elaborar geles hidroalcohólicas que apoyen a la desinfección.

Una de ellas es Phergal, empresa radicada en Torrejón de Ardoz. Desde la compañía, explican que han «incrementado la producción en fábrica del jabón líquido de Dr. Tree, para que todas las farmacias puedan ofrecer sin problema este bien de primera necesidad. El principal enemigo del coronavirus es el jabón, por eso la higiene de manos es fundamental para evitar que éste se propague, eliminando la principal vía de contagio de Covid-19. Queremos ayudar al Ayuntamiento de nuestra ciudad a combatir esta situación, por ello hemos realizado la donación de este producto al consistorio, para concienciar de la importancia del lavado de manos en estos momentos. También hemos realizado la donación de material de laboratorio, como son los guantes desechables de nitrilo, para que la Policía Nacional pueda repartirlo en las residencias más necesitadas de la zona, y hacer que en este periodo de confinamiento sea lo más seguro posible. Hemos puesto una línea de producción única del Jabón de Manos de Dr.Tree para abastecer con una tonelada de este producto y realizar una nueva donación a la Policía y Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz y se reparta a las familias y centros más necesitados».

Otro ejemplo similar es Cantabria Labs, una empresa de prescripción dermatológica que ha abandonado su producción habitual y ha desarrollado en muy poco tiempo la fórmula de una solución hidroalcohólica para manos. Las elaboran en formato de 100 mililitros y en un solo día en su plana de La Concha han alcanzado hasta las 12.500 unidades, pero es que también han puesto a trabajar sus nuevas instalaciones ecosostenibles en Villaescusa.

Este tipo de geles es importante que lleguen a los profesionales sanitarios, que son los que, al tener más contacto con el virus, más necesidad de desinfección tienen. Y hasta que el número de contagiados no deje de aumentar, se reclama más personal que, a su vez, debe estar protegido. En Madrid lo estamos comprobar con el hospital improvisado en los pabellones de la Feria de Madrid (Ifema)habilitados, que tienen capacidad para hasta 5.500 camas.

El gran hospital de Ifema

El director general de Ifema, Eduardo López-Puertas, sostiene que las ferias que hacen como Fitur o Arco «se montan en unos tres días», pero el hospital se ha llevado a cabo más rápido porque han trabajado sin descanso las 24 horas del día. «La variable del tiempo era muy importante», dice. Las canalizaciones con las que ya contaban les permitía cierta adaptabilidad para transportar la luz, el gas... Sin embargo, han tenido que realizar modificaciones. «Hemos instalado un sistema de oxígeno de 35.000 litros y unas tuberías de cobre para poder conducirlo hasta cada cama», explica.

Además, el material necesario para construir este megahospital de campaña ha sido cedido por multitud de empresas de forma totalmente desinteresada. «Hemos montado una operativa logística aprovechando la cantidad de compañías que pasan por Ifema cada año, unas 30.000. Gracias a eso, tenemos muchos contactos y los hemos usado para conseguir todo lo que necesitábamos. La gente se ha volcado, el equipo de la Feria y todos nuestros colaboradores. Incluso, hemos habilitado un pabellón como almacén para los materiales que van llegando y para que lo utilicen el resto de hospitales cuyos depósitos podrían saturarse».

Aquaservice ha montado un plan operativo de urgencia para suministrar agua al hospital de Ifema, el Hospital de Henares, el Hospital de Fuenlabrada y el Hospital Príncipe de Asturias. También ha empezado a entregar botellas de 50 cl en el Hospital Infanta Leonor Vallecas, el Hospital Universitario de Getafe, el Hospital de Guadalajara y el Hospital de Torrejón de Ardoz.

En el mismo sentido, el Canal Isabel II ha atendido la reclamación de agua por parte del Gobierno de la Comunidad de Madrid y ha empezado a producir en su planta embotelladora de Colmenar viejo miles de envases de medio litro. La empresa pública explica que, habitualmente, en esta fábrica se trabajan las garrafas de cinco litros que se entregan a los madrileños en caso de fallos en el suministro. Por lo tanto, han tenido que adaptar su producción a las nuevas demandas, consiguiéndolo en un tiempo récord para tener listas 4.500 unidades diarias que, siguiendo la normativa, pasan los controles de calidad correspondientes.

La solidaridad no solo se encuentra en las empresas que han cambiado parte de su producción o han modificado su forma de trabajar. También en las que mantienen su negocio habitual para ayudar en aspectos que siguen siendo esenciales para la población, como los desplazamientos o la alimentación. En ese sentido, Telepizza ha donado tan solo durante la primera semana de confinamiento, más de 3.000 pizzas en toda España a personal sanitario, fuerzas de seguridad o personal de supermercados. Además, ha puesto a disposición de administraciones locales y empresas sus recursos y capilaridad, como las motos, para reparto de alimentos y bienes de primera necesidad. Asimismo, ha diseñado cinco menús diferentes para atender la situación de emergencia de más de 11.600 escolares de la Comunidad de Madrid con becas comedor por pertenecer a hogares con renta mínima.

Agricultores, orgullo

Precisamente, la alimentación es una de las grandes preocupaciones de los españoles confinados. Muchos tienen miedo al desabastecimiento, a pesar de que se asegure que eso no va a ocurrir, pues los agricultores siguen trabajando el campo con más orgullo que nunca, más allá de estar predispuestos a emplear sus maquinarias para la desinfección de determinadas localidades.

En la agricultura comienza la cadena de suministro que termina en los supermercados. Teniendo en cuenta el crecimiento de población que se espera en las próximas décadas y que las crisis de emergencia sanitaria pueden seguir sucediendo, el presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore), Andrés del Campo, espera que, a partir de ahora, se haga una apuesta firme y decidida por la biotecnología y la agricultura (sobre todo de regadío) para que la alimentación no se vea contra las cuerdas.

Transportistas

La alimentación llega a los puntos de venta gracias al transporte por carretera, esencial en estos días para trasladar a sanitarios según las necesidades de los hospitales, para el buen funcionamiento de las ambulancias o coches policiales, o para que los trabajadores de otros servicios fundamentales sigan yendo a los puestos de trabajo en su vehículo privado evitando la mayor exposición al virus en el público. Así, la red de talleres de Euromaster está ofreciendo servicios mínimos con los que poder garantizar una respuesta rápida y ágil ante cualquier incidencia. Para mantener esta labor se han extremado las medidas de higiene y desinfección necesarias de todas sus instalaciones, así como entre sus profesionales.

Disponer de conexión a internet, debido al confinamiento y a la necesidad de teletrabajar o de estudiar virtualmente, es más importante que nunca. No obstante, según el Informe de Cobertura de Banda Ancha, alrededor de un 7% de la población (más de 3,5 millones de personas) no pueden acceder a al menos 2 Mbps en zonas despobladas o de difícil orografía.

Comunicaciones, garantizadas

Debido a las circunstancias actuales de especial urgencia, las tecnologías de la información y la comunicación, así como su infraestructura, son fundamentales. Para contar con la conexión necesaria, compañías como Eurona, la multinacional española de telecomunicaciones, se han puesto al servicio de la «España vaciada» para garantizar las comunicaciones en aquellos lugares donde ni el ADSL ni la fibra óptica han llegado todavía. Lo hacen a través de otro tipo de tecnologías como la satélite, ofreciendo de manera inmediata cobertura de banda ancha al cien por cien del territorio.

Además de las citadas, son miles de empresas las que se han reinventado para ayudar en la lucha contra el coronavirus, o para que a los millones de españoles confinados no les falte de nada.

Rastreo a contrarreloj
C. Ruiz
Las empresas importadoras son otros de los agentes privados volcados en la causa contra el coronavirus. Estas compañías rastrean desde que estalló la crisis el mercado mundial para encontrar los materiales sanitarios y de protección que ahora son tan necesario en España, algo que hacen de forma totalmente altruista.
Ya no hablan con proveedores de componentes electrónicos o materias primas –dependiendo de su área de actividad–, sólo se centran en aquellos que puedan suministrar mascarillas, test de detección del virus, batas... y todo aquello que sea necesario para protegerse contra el virus. Llamadas, correos electrónicos, videoconferencias... a cualquier hora del día o de la noche mantiene activos a unos importadores que trabajan a contrarreloj, porque, tal y como advierten, los «stocks» de los equipos de protección individuales, los conocidos como EPI, están «volando» literalmente. Y es que cada vez que un proveedor saca al mercado mercancía se la quitan de las manos.
En pocos minutos, compromete no sólo su «stock «actual, sino también sus líneas de producción futuras. Por ello, se quejan del inmovilismo que la centralización en la compra de estos materiales ha provocado a la hora de importarlos. Uno de estos importadores relata cómo intentó suministrar material a través del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) y la burocracia seguida por el Ministerio les ha privado de conseguir 50.000 tests y dos millones de mascarillas.
«Ante la urgencia que vive el país, nos registramos como importadores a través de la sede electrónica del Ministerio de Sanidad, y le informamos que podríamos suministrarles dos millones de mascarillas y 50.000 test procedentes de un proveedor de Países Bajos. Sin embargo, nadie se ha puesto en contacto con nosotros para concretar nada. Solo hemos recibido una llamada de Industria para comunicarnos que se está haciendo un proceso de cribado y verificación de los proveedores y, tras esto, el silencio como respuesta. Como consecuencia de esta dilación, el proveedor ya ha vendido los test, que han sido adquiridos por Finlandia», alerta el director general de una de estas empresas.
Pero este importador, lejos de tirar la toalla por la falta de concreción, ha decidido ponerse en contacto directamente con las comunidades, de las que sí está recibiendo una respuesta más proactiva. Son conscientes de que el material escasea y, por eso, advierten, «no hay tiempo que perder».