Hipotecas
¿Cuándo vale la pena cambiar una hipoteca de banco?
Los que saldrían más beneficiados de una subrogación son los hipotecados entre 2010 y 2015
Como es lógico, la contratación de préstamos para vivienda se ha reducido durante los últimos meses a causa del estado de alarma. Aun así, eso no significa que el mercado hipotecario se haya parado, pues los bancos han encontrado otro nicho que explotar: el de asumir créditos de otras entidades (y mejorar su interés) mediante una operación conocida como subrogación. Cambiar la hipoteca de banco puede ahorrar mucho dinero al consumidor, pero ¿sale a cuenta en todos los casos? Desde el comparador financiero HelpMyCash.com explican en qué situaciones es más beneficioso el traslado.
Mejor en la primera mitad del plazo
Según los analistas de este comparador, lo ideal es trasladar la hipoteca a otro banco durante la primera mitad del plazo de amortización. Con el sistema utilizado para devolver estos productos en España (método francés) se paga la mayor parte de los intereses en los primeros años de vida del préstamo, así que cuanto más se tarde en formalizarse el cambio de entidad para rebajar el tipo, menor será el ahorro obtenido a la larga.
Desde HelpMyCash.com comentan que los que saldrían más beneficiados de una subrogación son los hipotecados entre 2010 y 2015 que cumplen el requisito mencionado. En ese lustro, que coincidió con la era más dura de la crisis financiera iniciada en 2008, los bancos aplicaban unos intereses notablemente superiores a los de ahora. Por lo tanto, esos clientes podrían obtener una mejora significativa al trasladar su préstamo a un banco que les ofrezca unas condiciones más atractivas.
De todos modos, los que firmaron su hipoteca más tarde también pueden ahorrarse un buen dinero gracias a la subrogación, siempre que encuentren a un banco que les rebaje su interés actual. Ahora bien, hay que tener en cuenta que las entidades no suelen aceptar a clientes que lleven menos de dos o tres años pagando las cuotas de su préstamo, pues su solvencia queda menos acreditada que los que sí reúnen esta condición.
Hay que echar cuentas
Otra variable importante a tener en cuenta para saber si la subrogación vale la pena es la de los gastos de la operación. Trasladar un préstamo hipotecario a otro banco tiene un coste: las posibles comisiones, la tasación… A grandes rasgos, suele ser de entre un 0,5% y un 1% sobre el importe pendiente, aunque puede ser menor o mayor en función de las condiciones de la hipoteca original y de si la nueva entidad decide asumir alguna de las costas que corresponden al cliente.
Es imprescindible, por lo tanto, calcular si el ahorro obtenido por el cambio de banco compensa su coste. Para saber cuánto se dejaría de pagar en intereses tras el traslado, desde HelpMyCash.com han creado un simulador online de subrogaciónque se puede utilizar de manera gratuita. En cuanto al precio de la operación, lo ideal es pedir al nuevo banco que haga un listado de los conceptos que habría que pagar.
Lo mismo ocurre si el traslado se lleva a cabo con una nueva hipoteca (cancelando la actual) en vez de con una subrogación. En este caso, los gastos podrían ser algo superiores, pues habría que pagar el coste del crédito contratado más el asociado a la liquidación del original.
¿Pasarse al tipo fijo es buena opción?
Todas estas indicaciones son válidas si se utiliza la subrogación para rebajar el interés, pero ¿qué ocurre si se cambia de banco para pasarse del tipo variable al fijo? En ese caso, desde HelpMyCash.com aseguran que la operación es menos conveniente si quedan menos de 15 años para que termine el plazo. Se espera que el euríbor se mantenga cerca del 0% durante los próximos cinco años, así que lo más probable es que, en ese escenario, se pague menos en intereses con una hipoteca variable que con una fija.
En cambio, si el plazo pendiente para devolver el dinero es de unos 20 o 30 años, pasarse el tipo fijo sí puede ser interesante para los clientes con mayor aversión al riesgo, pues les asegurará pagar siempre la misma cuota. Hay que tener presente, eso sí, que las cuotas a corto plazo serán más caras que con un tipo variable, mientras que a la larga también se podría pagar más si el euríbor se mantiene bajo.
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